domingo, 8 de enero de 2017

Paulo Rosales



Breve, muy fugaz, fue la intervención de este volante ofensivo cordobés en la historia de Independiente. De génesis futbolístico en las inferiores de Newell’s Old Boys, daría sus primeros pasos en la primera leprosa para luego emigrar a Unión de Santa Fe. Condimentada su travesía por cortas estadías en Talleres de Córdoba y el Olympiakos griego, sería en el conjunto de bastones rojos y blancos donde Rosales arribaría a su máximo nivel, a la par de que tras varios años en el equipo, treparía a la máxima categoría en el invierno del 2011.  La temporada 11/12 lo mostraría como lo mejorcito de un irregular Unión que buscaba hacer pie en la máxima división. A fuerza de buenas actuaciones que lo catapultaron como el enganche figura de la escuadra santafesina, en Julio de 2012 firmaría con el Club Atlético Independiente.

Rosales, recomendado por el propio Ricardo Bochini, formaba parte de una importante camada de refuerzos que habían arribado al plantel encabezado por el entrenador Cristian Díaz: Junto a su llegada se encontraban las contrataciones de  Luciano Leguizamón, Cristian Tula, Luciano Leguizamón, Roberto Russo, Victor Zapata, Fabián Vargas, Jonathan Santana y Claudio Morel Rodríguez. Independiente precisaba luchar por el torneo, cosechar un importante colchón de puntos y disipar las posibilidades de descenso. El debut del homenajeado de este post sería por la primera fecha del Torneo Inicial 2012: Empate sin goles ante Newells en Rosario. Se alineó a Hilario Navarro; Gabriel Vallés, Eduardo Tuzzio, Cristian Tula, Claudio Morel Rodríguez; Hernán Fredes, Roberto Battion, Victor Zapata; Paulo Rosales; Luciano Leguizamón y Ernesto Farías. 

El andar rojo por aquella competición fue terriblemente adverso: Un empate y cuatro derrotas, incluyendo la caída 0-2 ante Racing. Con Díaz alejado del cargo, el regreso de Américo Gallego a la dirección técnica lejos estaba de enderezar el torcido rumbo del equipo.

En paralelo, Rosales anotaría sus únicos dos tantos con la casaca de El Diablo en la Copa Sudamericana de aquel año: Mojó en La Bombonera en el 3-3 ante Boca Juniors (el 0 a 0 en la vuelta le daría la clasificación a la siguiente ronda a Independiente) y en la victoria 2-1 ante el Liverpool uruguayo. En cuartos de final El Rojo vería trunca su participación en aquella competición tras caer ante la Universidad Católica de Chile.


Concluido aquel fatídico 2012, la limpieza que Américo Gallego estableció en la plantilla roja tenía en lista negra a Rosales, acrecentando así sus chances de salida del equipo. La culminación de su corto ciclo en Independiente se motivaría con una oferta desde el Bahía brasileño que, entre gallos y medianoche, Rosales aceptó. 21 partidos, 2 goles convertidos. Sabor a poco, por no decir a nada. 

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