sábado, 7 de enero de 2017

Ciencia Ficción: Sergio Ortemán vs. Julio Falcioni y Jorge Burruchaga



El desenlace de diversas historias futboleras pueden regalarnos alegrías, tristezas, victorias, derrotas, belleza, tibieza, tibias rotas (?). Pero un condimento que siempre aparece en los planteles de cualquier equipo, sin importar país o división, es la batalla de los egos, los conflictos silenciosos (o no tanto), las miradas esquiva, la tensión del vestuario: Las peleas internas, dicho y hecho.

Los personajes protagonistas varías entre directivos, jugadores, técnicos ó hinchas inclusive.  Motivos de un enfado colectivo pueden ser muchos. Disputa de un puesto, crisis institucional, incumplimiento de contrato ó, cuando no, un tema de polleras. La batalla es potenciada por un ámbito tan duro y exigente como el que nos regala el fútbol y el hecho de que esto pudiera suceder en un equipo de trascendencia hace que la prensa realice su banquete periodístico sirviendo como primer plato no los resultados de un partido ó el análisis de la fecha, sino el costado más morboso y amarillista de la redonda.

Sergio Ortemán fue una especie de actor de reparto del Independiente que convivió con la gestación y los primeros años del comparadismo. Un hábil mediocampista ofensivo que arribó a Independiente tras consagrarse campeón de la Copa Libertadores con el Olimpia paraguayo. Bajo la dirección de Julio Falcioni, arribó en el invierno del 2004 a la plantilla para ponerse a las órdenes del entrenador.

El volante charrúa vería poca acción bajo la tutela de aquel DT. Comienzo con el pie izquierdo para este dúo no tan dinámico. La relación con JCF, a medida que pasaban los meses, comenzaba a ser más desgastante, y esto estallaría con el pase (en realidad, préstamo) relámpago del uruguayo al Atlas mexicano a fines del 2005. Ya en tierras aztecas, Orteman disparó munición gruesa contra Falcioni: "Cuando yo jugaba en Reserva me dijo que para retornar la Primera se tenían que morir todos los de arriba. Por supuesto que no es una forma de motivarte y tuve que contar hasta 1.200 para no reaccionar". Y si, media extremista la línea de sucesión que armó Falcioni (?). El director técnico, siempre frío y permaneciendo distante al conflicto, simplemente deslizó que estaba tranquilo con su consciencia y que lo de Orteman se trataba de una moda de los jugadores a hablar mal de sus ex entrenadores.

El uruguayo pasó seis meses en el Atlas, aprovechando para conocer las bellezas de la tierra mexicana, despuntar el vicio de la redonda y poner la cabeza en frío para una nueva etapa en Independiente una vez concluida su cesión. Ya era el receso invernal del año 2006 y Falcioni era historia en El Rojo. Jorge Burruchaga, flamante entrenador, era el nuevo a cargo, y pidió expresamente a Orteman para su escuadra, para componer un mediocampo que formaría con Gastón Machín, Sebastían Carrizo (luego alternado con Rodrigo Díaz) y Emiliano Armenteros. El uruguayo respondió con buen juego y efectividad en el arco vecino: Convirtió el primer gol de la era burruchaguista (empate transitorio ante Colón en Santa Fe, finalizaría en victoria 4 a 1 para Independiente) y volvería a mojar en la fecha 9 en la goleada por 3 a 0 ante Gimnasia La Plata.


Pero… el nivel de Independiente bajaría con el pasar de los partidos así como el diálogo entre Ortemán y Burruchaga se tornaría más espeso y cortante. El punto final fue la última fecha de aquel Apertura, en la derrota 1-2 ante Gimnasia de Jujuy que significaría la despedida de la Doble Visera. A diez minutos de final, Armenteros sustituyó a un flojo Ortemán que, tras darle una estrechada de manos en tono gentil al ex Banfield, se estaba despidiendo, consciente o no, del equipo de Avellaneda.

Concluido el torneo, y con Burruchaga organizando las piezas para reinventar la escuadra roja, se comenzó a disipar el rumor de que Ortemán no sería tenido en cuenta por el DT. Todo este escenario se desarrollaba en plena pretemporada veraniega en Salta. La respuesta del uruguayo, lejos de optar por una protocolar salida silenciosa, se tornó sumamente mediática: “Burruchaga no quiere decirme se frente que no me quiere” disparó ante los medios. Y tras la retórica de que desde su parte existía el deseo de no volver a jugar en El Rojo, el mediocampista destruyó cualquier incógnita con un punzante comentario: “Pongalo: En Independiente no juego nunca más”. Y para dejarlo bien bien (?) en claro: “Es mi decisión y se la voy a comunicar personalmente a Comparada. Prefiero estar 6 meses parado”. Good Bye.


Si bien en un principio se decía que iba a emigrar a Turquía, Ortemán sería contratado por el Boca de Miguel Ángel Russo a los pocos días de concluida su travesía en Independiente. Y así concluye la doble saga de peleas de Ortemán contra cualquiera que tenga el buzo de DT de Independiente. ¿Ganadores? Quizá, lo más propicio, sería decir que los medios. 

(Anteriormente on-line en Siempre Independiente)

No hay comentarios:

Publicar un comentario