miércoles, 29 de noviembre de 2017

Daniel Astegiano


¡Casémosnos! Dicha frase suele ser el inicio del resto de tu vida de una etapa en la existencia del ser humano que implica compartir casa, vivencias, familia, la vida misma, con una persona que has elegido para entregarte en cuerpo y alma, ante testigos carnales y divinos. Sin embargo, las circunstancias detrás de esta unión pueden tener un sinfín de historias curiosas, que nos demuestran que esto del matrimonio es algo más que dar el Si ante un tipo en sotana. Es el caso de Daniel Astegiano.

Tras hacer buenas migas como atacante en Rosario Central y Atlético Ledesma, en 1976 este futbolista pasó a formar parte del Club Atlético Independiente. A sus 24 años, lucharía entonces a por un lugar en la delantera con Daniel Bertoni, Norberto Outes y Héctor Arrieta. Su metro noventa de altura lo hacían una figura de peso para los centros a la olla, sumado a un intenso olfato goleador que le permitió trazar la cifra de 28 goles en 50 partidos en la temporada 76-77. La adquisición había sido un éxito. De yapa, DA sostuvo una racha superlativa: En los cuatro cotejos en los cuales Independiente y Racing se midieron durante su estadía en la Doble Visera, ¡este delantero anotó en todos ellos! A saber: Se deshizo en un hat-trick en el primer encuentro (4-2), mojó nuevamente al siguiente derby (3-1) así como también en su consecutivo (3-1 de nuevo) y selló su opera prima de goles clásicos con un tanto en el último de la temporada (1-1).


Sin embargo, lo bueno parece que dura poco. Desde Europa percibieron el estallido goleador de Astegiano y rápidamente se iniciaron sondeos para adquirir su pase. ¿A donde se dirigió? Nada más y nada menos que al Fútbol Club Barcelona, calzándose la casaca de dicha institución en un partido amistoso ante el AC Milán, con la excusa por parte de los dirigentes del club de probar a la nueva joya que venía desde América del Sur.

Pero... al DT de los catalanes, Rinus Michels, no le conformó la performance del argentino y rápidamente descartó su contratación. ¿Qué hizo entonces Astegiano? Movió rápidamente el tablero para encontrar nuevo hogar. Sin tener en cuenta la posibilidad de regresar a Avellaneda, no debió moverse de la península ibérica para firmar por su siguiente conjunto: El Rayo Vallecano. Solo había un asunto: El cupo de extranjeros estaba lleno. ¿Y ahora?

"El Rayo sólo tiene un extranjero en sus filas, el también argentino González, pero dado que el plazo de admisión de extranjeros expiró hace tiempo, la única posibilidad radica en que Astegiano obtenga la doble nacionalidad. La próxima semana llegará a España su novia, hija de españoles, con la que se casará en breve". Así rezaba el recuadro de el diario El País que a comienzos de Octubre de 1977 señalaba la curiosa táctica que el jugador debería emplear para poder quedarse en aquellos pagos. Algo a las apuradas, Astegiano y su novia dieron el Si, con el novio combinando esmoquin y moño con pantalones cortos y botines.

Foto de coleccionista de MercadoLibre

domingo, 26 de noviembre de 2017

Ariel Montenegro




Cuando en el barrio armabas un picado entre amigos, o inclusive en la actualidad, a veces alguno se baja a último momento y quizá en la búsqueda desesperada le decís a un compañero que lleve a un hermano para completar el equipo. ¿Quién no jugó al fútbol con un hermano, o un familiar dentro de la cancha en el mundo amateur? Ni hablar si en el profesionalismo se dio estos casos (aunque en esta historia triunfó uno más que otro).

Bienvenidos a este nuevo post, donde le damos la bienvenida a Ariel Montenegro, nacido el 3 de noviembre de 1975 en Capital Federal y hermano de un valuarte en los últimos años como fue Daniel Gastón Montenegro alias Rolfi.
Ariel desempeñó sus funciones en el mediocampo, más precisamente en el sector derecho de la cancha. Su debut en Primera División fue con la camiseta de San Lorenzo, en el año 1995. Allí se mantuvo hasta el año 1999, cuando un problema de salud (hipotiroidismo) lo alejó de las canchas por un tiempo. Aunque Belgrano de Córdoba contó con sus servicios y repuntó su nivel.

Hacia comienzos del año 2000, y con Enzo Trossero como DT de Independiente, vio en Montenegro un jugador con mucha llegada al gol, rápido y picante en un sector derecho que no había tenido jugadores adeptos al puesto. En esta particularidad, la llegada del volante coincidió con la de su hermano menor, Daniel Montenegro, quien provino del Olimpique de Marsella, sin tener demasiadas oportunidades en Europa. Trossero los incluyó en el primer partido del Clausura 2000, nada más y nada menos que un clásico y contra Boca Juniors, dirigido por Carlos Bianchi. Los Montenegro jugaron todo el partido, en el que terminó con derrota por 3-1 en condición de local.

Su primer gol fue frente a Argentinos Juniors, en un partido que no resiste análisis, ya que Independiente le propinó una paliza al conjunto de La Paternal por ¡8 a 1! en la Doble Visera.
Durante el Torneo Clausura de aquel año, Ariel fue titular en 18 de los 19 partidos, de un torneo en el cual el Rojo mantuvo un gran nivel y se coronó subcampeón por detrás de River Plate, comandado por un conocido Américo Gallego.
Para el Apertura y con nuevo técnico (Osvaldo Piazza fue el sucesor de Trossero), el ex San Lorenzo perdió mucho terreno en su consideración, tanto, que marchó cedido a préstamo a Córdoba CF de España.
Allí se mantuvo un año, hasta que regresó para el Torneo Apertura 2001, y con Trossero nuevamente en el banco. Con el ex defensor, Montenegro retornó a la titularidad.
Durante aquel certamen, fue titular en casi todos los cotejos manteniendo un regular nivel. Sin embargo, nuevamente se marchó cedido a Córdoba, aunque volvería para mediados del entrante año (Mitad de 2002).

Con Américo Gallego en el banco, el Rojo consolidó un equipo muy competitivo y fue un merecidísimo campeón de punta a punta tanto por los rendimientos individuales como el fantástico funcionamiento colectivo que forjó el ex volante Campeón del Mundo.
Nuestro protagonista integró el plantel campeón, aunque sólo disputó dos partidos, frente a Gimnasia en la segunda fecha (empate por 1-1 como visitante), y contra Nueva Chicago (empate por 2-2, también de visita). En ambos enfrentamientos ingresó desde el banco de suplentes. Su tercer paso fue sin pena ni gloria, tras no disputar los minutos necesarios, aunque con dos particularidades, salir campeón y haberse dado el lujo de al menos jugar junto a su hermano (quien por cierto, tuvo un rendimiento sublime).
Partió a fines del 2002 en búsqueda de más continuidad, y precisamente fue Córdoba CF en donde se mantuvo durante tres años y fue un importante jugador en esa institución. Posteriormente vistió las casacas de Pontevedra, Numancia, Hércules, Gimnasia de Jujuy, Lucena y Peñarroya, club donde puso punto final a su carrera futbolística.

Finalmente, Ariel Montenegro vistió la casaca punzó en 49 ocasiones, donde marcó siete goles, fue campeón y junto a su hermano, algo poco usual en el fútbol en estos días.

sábado, 25 de noviembre de 2017

Leonardo Pekarnik


Es una fecha especial para el hincha. Para todo el pueblo, pero más que nada para aquellos que nacimos cuando el anterior milenio llegaba a su ocaso, producto de la unión entre el centro que tiró Emanuel Rivas y la conexión inmediata que hubo en el punto penal con la cabeza de Lucas Pusineri, para decretar el empate en la "Doble Visera", ante Boca Juniors, y coronarnos posteriormente ante San Lorenzo, en el 2002.

Todo eso pasó en esta fecha. La "Doble Visera", el equipo del Tolo, el último campeonato a nivel local, el gol del Pusi, el relato de Marcelo Araujo que inició con el famoso, "Cuando empuja Milito, Independiente quiere...", todo eso trae a colación el escrito de hoy, porque el personaje que homenajeamos, fue partícipe de todo eso, mirando desde afuera, pero con su nombre y apellido grabado en la historia roja, por ser parte.

Las vivencias de Leonardo Pekarnik en el mundo rojo comenzaron hace ya un tiempo atrás. Fue antes de todo lo que mencionamos anteriormente, más precisamente ocho años atrás en el tiempo. Oriundo de Don Torcuato, Buenos Aires, para 1994 comenzó las inferiores en el elenco "Xeneize" y, cuando estaba a punto de firmar, un llamado desde Avellaneda hizo que cambiara de parecer. Así es, los colores tiraron más. Y sino, miren cómo él mismo lo explicaba: "Como soy hincha del Rojo desde pendejo, no lo dudé. No me importaba viajar tres horas desde Don Torcuato para llegar. Caí un jueves, me vieron Nito Veiga y el Chivo Pavoni. Y el sábado ya estaba jugando en la Octava frente a Quilmes. Fue increíble".

No le importó eso. Tampoco le importó, apenas meses antes, colarse en la tribuna del elenco de la Ribera cuando estas instituciones se batieron a duelo en la final de la Supercopa modelo '94. "Mirá si seré hincha que el día que ganamos con el gol de Rambert, como no quedaban más populares para la tribuna de Independiente tuvimos que comprar con mi viejo (Mario) las entradas en la reventa y fui a parar a la tribuna de Boca. Cuando 'Seba' la puso por arriba de Navarro Montoya, empezamos a putear fuerte para desahogar nuestra alegría. Si gritábamos el gol nos mataban..."

La cuestión con nuestro personaje del escrito, es que, un par de años después, tuvo su primera oportunidad de estar en primera. Osvaldo Piazza se pagó una vuelta para ver a la cuarta división, comandada por Néstor Claussen, y decidió subir un puñado de ese piberío que hacía diabluras en las menores: Con el Vuoso, Orellana y Eluchans también se sumaron a los entrenamientos en primera y, en breve, tendría su gran chance. 

Debutó en el apertura 2000, específicamente en la cuarta jornada, en la derrota 2-1 ante Lanús, en la "Fortaleza". Apenas 10 minutos saboreando las mieles de la elite le alcanzaron para ser tenido en cuenta por el técnico y, para la novena fecha, el deté ya le daría la pechera para que sea titular. 

Como volante por derecha tuvo sus oportunidades con Piazza y con Clausen, cuando este último pasó a ser el encargado de dirigir a los profesionales. Sin embargo, el arribo de Américo Gallego disipó su momento y lo sacó, alejando que, en ese puesto lo tengo a Ríos…está Pekarnik, que es un muchacho muy joven, con 19 años, que tiene que aprender y luego será importante para el club", tal como marca el blog de "En Una Baldosa".


Coronó, como mencionamos anteriormente, y figurará dentro de la lista de aquellos hombres que lograron el tan ansiado Apertura. Sin embargo, poco rodaje más tendría en Alsina y Bochini. Fue a Estudiantes a préstamo y, a los seis meses, decidió emigrar al fútbol israelí, más precisamente al Apoel Haifa, para luego continuar su travesía por Universidad César Vallejo, Defensores de Belgrano, Luis Ángel Firpo, Envigado, Sportivo Belgrano y San Telmo, en donde despunta el vicio actualmente. 

En total, con la divisa punzó, estuvo presente en 31 partidos, con dos correspondientes a la Copa Mercosur, no convirtió goles, y se suma a la galería de apellidos que aparecen en la lista cuando rememoramos a los hombres del "Tolo".

jueves, 23 de noviembre de 2017

Mercado de Pases: Cristian Fabbiani (2008)



A los más jóvenes detrás del monitor quizá le cueste imaginar (?) que casi una década atrás Cristian El Ogro Fabbiani era un delantero que supo ser disputado por clubes de peso en los mercados de pases. Sería en el año 2008 cuando el extrovertido atacante poseyó más chances de arribar al Club Atlético Independiente, quedando esta historia maltrecha ante la ausencia de acuerdo. ¿Qué hubiera pasado si...?

De cara al Apertura 08', el entrenador Claudio Borghi buscaba un 9 para sustituir a Germán Denis, próximo a aterrizar en las filas del fútbol italiano. El nombre que apareció en carpeta fue el de Fabbiani, quien se encontraba rompiendo redes en el CFR Cluj rumano, cosechando tan buenos resultados que incluso algunos medios de aquel pago le sugerían que se nacionalizara para representar al seleccionado local.

Ante la chance, sin embargo, de firmar por El Diablo, CF deslizó que dicha propuesta le seducía, arrojando flores al entrenador rojo y quedando a disposición de las negociaciones. Las charlas, sin embargo, no prosperarían y la posibilidad rápidamente fue disipada. A Independiente arribó Darío Gandín, y Fabbiani firmó por Newell's Old Boys, donde cumplió una destacada actuación.



No habría que salir del propio año 2008 para encontrar un nuevo cruce de intereses entre el delantero e Independiente. Ya sin Borghi al mando, Miguel Ángel Santoro se encontraba en vísperas de la Navidad craneando el equipo de cara al 2009, por lo que solicitó a los dirigentes -casi como regalo a Papa Noel- el arribo de Fabbiani, quien sería una pieza clave en su futuro esquema. El jugador, que también era activamente buscado por River Plate y Vélez Sarsfield, declaraba en ese entonces: "Es una propuesta que me interesa mucho, por la historia que tiene el club", y agregó "Hablé con Luis Islas y me comentó sobre la posibilidad de ir al Rojo. Es una institución grande. Volver a Rumania no lo voy a hacer" .

En simultaneo, Fabbiani se encontraba en crisis con Newells, institucionalmente destruido tras la conclusión de la nefasta era de Eduardo López. Las deudas que dicho club sostenía con sus jugadores era lo que propulsaba el deseo del futbolista respecto a abandonar Rosario. De yapa, se decía que podría arribar al club en paquete con Hernán Bernardello y Germán Ré. El Ogro les tiraba un lance: "Cuando vea a mis compañeros voy a hablar con ellos. Estaría bueno, si se da el pase, que se sume alguno más".

Su fanatismo por River, sin embargo, pudo más: Fabbiani descartó a Independiente y se calzó la banda en el génesis del año 2009. El resto es historia conocida.

lunes, 20 de noviembre de 2017

Ricardo Gareca




Toda persona tiene su momento consagratorio tanto en la vida como en el fútbol, que es a lo que nos dedicamos a escribir en este humilde blog. Momento consagratorio o broche de oro a aquellos que han tenido una magnífica carrera deportiva.
El protagonista de esta historia estuvo ligado a un momento muy particular en esta semana, que fue clasificar a Perú al Mundial de Fútbol y quien además, cerró de forma estupenda su trayectoria vistiendo los colores de Independiente.


Así es. Ricardo Gareca, nuestro homenajeado del día de hoy, nació el 10 de febrero de 1958 en Tapiales. Dueño de un porte físico excelso y una potencia para jugar como centrodelantero, su puesto en el que se desempeñó como futbolista, debutó profesionalmente en 1978 donde defendió la camiseta de Boca Juniors. Allí permaneció hasta 1980 donde fue cedido a Sarmiento de Junín, para luego volver al club de la ribera, (siendo este segundo paso donde se afirmó como goleador) y posteriormente ser transferido a River Plate, aunque allí jugó poco y nada.


Su periplo futbolístico continuó hacia Colombia, en donde el América de Cali lo acobijó en 1985. En tierras cafeteras, el Tigre rugió tanto sus goles que,durante esa década, los hinchas tomaron rápidamente un cariño inolvidable hacia él a base de sus grandes desempeños. Permaneció hasta 1989, donde retornó al país nuevamente.
Sus goles se mudaron a Liniers, donde Vélez, club de sus amores, lo contrató. Allí se mantuvo durante tres años, hasta que finalmente, Independiente adquirió de sus servicios en 1993.


Debutó en la primer fecha del Torneo Clausura, frente a Huracán en un triunfo por 3-1 disputado en la antigua Doble Visera donde Gareca fue titular en el equipo comandado por Marchetta. Para el DT, era una fija asegurada, y sus compañeros en la delantera solían ser tanto Gabriel Amato como Antonio Mohamed.

Su primer gol fue ante River Plate, en una derrota por 1-2 en condición de local, en un torneo en el cual el Rojo fue subcampeón, detrás de Vélez. Para comienzos del Torneo Apertura 1993, el lungo atacante quedó un poco relegado de la consideración de Marchetta, a base de buenas actuaciones de Beto Alfaro Moreno, pero no quiere decir que no sea totalmente tenido en cuenta, ya que era muy importante en el plantel alguien de su notable jerarquía.


Llegado el 1994, y con una renovación total en el banco de suplentes que abrió paso a la llegada de Miguel Ángel Brindisi, nuestro protagonista definitivamente perdió terreno en el once inicial, dada la llegada de Palomo Usuriaga y un prometedor Sebastián Rambert.
No obstante, funcionó como una rueda de auxilio en momentos determinantes de aquel torneo, como por ejemplo en la segunda fecha, donde le marcó a River, en un encuentro que sirvió para ganar por la mínima.

Su experiencia desde afuera del campo de juego ayudó mucho a aquellos veloces y aguerridos delanteros con los que contaba Independiente.
Independiente disputó palmo a palmo con Huracán ese certamen, y el destino quiso que ambas instituciones se enfrentaran en la última fecha en Avellaneda. ¿El resultado? Un categórico 4-0, en un partido que Independiente bailó, por completo a un Huracán que venía puntero. Quien cerró la goleada fue nada más y nada menos que Ricardo Gareca, que luego meses después disputaría un puñado de partidos durante el Torneo Apertura 1994, y su última participación fue en el partido de la primer final de la Supercopa de ese año, frente a Boca Juniors, ingresando por Gustavo López. (¡Gracias al comentario al pie de la página para poder corregir el error!)


Una vez ya retirado, Gareca decidió enfocarse de lleno a la dirección técnica. San Martín de Tucumán y Talleres fueron sus primeros pasos, pero Independiente fue su primer oportunidad en un equipo grande. Contratado por Héctor Grondona post ida de Menotti a la Sampdoria en pleno torneo, Gareca asumió y sus primeras palabras fueron: “Mi desafío es conservar el estilo de juego”. Debutó con victoria frente a Deportivo Español en condición de visitante con un contundente 3-0. Aunque sin embargo y a pesar de no estar mal en la tabla, se despidió apenas disputadas 15 fechas, con un triunfo 2-1 sobre Colón de Santa Fe.

Así y todo, Ricardo Gareca disputó 41 partidos como jugador y celebró 11 goles con la divisa punzó, además de obtener el Clausura 1994 y el cariño de la gente, quien a pesar de que hace 20 años ya no nos dirige, siempre merodea la sombra de él ante una posible vuelta como entrenador (previo paso a que asumiera Ariel Holan, se le realizó un llamado, pero agradeció.). ¿Lo hará?

viernes, 17 de noviembre de 2017

Hernán Losada


El escrito de hoy me invade de recuerdos. No sé si a ustedes, lectores, les pasará lo mismo. Pero es que incursionando en la vida del personaje del día, me topé en los suburbios de internet con esta imagen clásica representativa de algún álbum de figuritas de esos que uno colecciona de pequeño (o de grande también).

Todavía añoro cuando, en el patio del colegio, hacíamos las típicas reuniones en donde el "nola, late..." era el único ápice discursivo que podía oírse. A lo sumo, quizá, un tanto más exclamativo al ser una pegatina de esas difíciles, imposibles de conseguir, el último espacio en blanco que esperaba a llenarse por el que cambiabas todo tu pilón.

Todo eso transmite, al menos en mí, la incursión de Hernán Losada a las páginas virtuales de este blog. De origen en Buenos Aires, en 1982, destacó en las inferiores de Barracas Central, en donde Nito Veiga, poniéndose el traje de casatalentos, decidió traerlo a Independiente, en donde rápidamente le hicieron su primer contrato.

Le tocó una parada brava. Enganche o volante por izquierda de manera natural, tenía como espejos en su puesto a nombres de talla como Zidane, Aimar, D'Alessandro. En el año 2003, su vida cambiaría rotundamente. Es que Osvaldo Sosa lo va a incluir como titular ante la visita que tenía el "Rojo" ante Rosario Central. "Lo que yo hago cuando juego al fútbol es pensar siempre en el arco de enfrente. Todavía Sosa no me confirmó nada pero estoy tranquilo. ¿Mi estilo de juego? No sé, soy un jugador habilidoso. Humilde el pibe, ¿no?", apuntó a soltar en una entrevista con Clarín previa al choque de turno. 

"Ojalá se me dé. Estoy muy ansioso. En estos días llego a mi casa y quiero pensar en otra cosa pero no puedo. Tengo unas ganas bárbaras de jugar y de demostrar lo que sé. Tengo claro que a veces la oportunidad pasa una sola vez y la tengo que aprovechar". El 25 de octubre del '03, en la derrota por 2 a 0 ante el "Canalla", en Arroyito, vio acción por primera vez en el Torneo Apertura. 

A partir de allí alternó. Pese a que parecía ser una pieza clave, o al menos fija para los diversos entrenadores. Llegó a una suma de minutos bastante considerable, teniendo como actuación estelar todo lo que hizo con la redonda cuando le tocó enfrentar a Cienciano, por la Copa Libertadores, marcando dos tantos en la victoria 4 a 2, ante los Peruanos. 

Sin embargo, parece ser que todo lo que prometió no logró cumplirlo y emigró a páginas de estampas con pegamento de otros países. Pasó a Universidad de Chile en el 2005 y, a partir de allí, hizo toda su carrera en Bélgica, en donde le fue más que bien. Beerschot, Anderletch (donde fue compañero de Nicolás Frutos), Beerschot A.C y KFCO Beerschot-Wilrijk, en donde se mantiene actualmente, fueron sus parajes en el país europeo.

En total, contabilizó 57 partidos con la casaca roja, convirtió 8 tantos y deja el recuerdo de la niñez lejana, al menos, por un rato.

martes, 14 de noviembre de 2017

Pedro Massacessi



Curioso caso el de este habilidoso volante ofensivo que pasó de promesa y pichón... a desilusionado y desertado respecto al mundo Independiente. Pedro Massacessi tenía 20 años cuando en los inicios de 1986 el propio Ricardo Enrique Bochini lo postuló como su sucesor natural. El Bocha, que comenzaba a vislumbrar en el horizonte a la figura del retiro, se deshizo en elogios para con el joven que aspiraba a ocupar su sitio cuando este dejara de lado los cortos. De yapa, una nota en un número de El Gráfico que está en venta en Mercado Libre, inmortalizó la cumbre entre el maestro y el alumno, dispuestos para la sucesión de valores acarreados en la casaca 10 roja.

Massacessi había debutado en la máxima categoría a la temprana edad de 16 años. Una serie de lesiones comprometieron su proyección y lo alejaron de las canchas hasta su re-inserción en la plantilla casi dos años después. Su punto máximo lo vivió a mediados del año 89', cuando un gol suyo decretó la victoria por 2 a 1 ante Deportivo Armenio y la obtención por parte de El Rojo del Torneo de Primera División 88/89.

Sin embargo, el mote de sucesor de Bochini comenzaba a pesarle al muchacho de ya 23 años. ¿A qué se debía principalmente esto? La propia leyenda estiraba sus últimos años dentro de las canchas, sin soltar la titularidad. El propio Massacessi daría, una década más tarde, la increíble explicación de aquella situación: "En realidad mi sueño no era reemplazarlo, sino jugar al lado suyo. Pero teníamos las mismas características de juego. Lo copié tanto que hasta asimilé sus defectos: no marcábamos. Los dos juntos en la cancha dábamos ventajas defensivas.".

Para cuando RB dejó la actividad en 1991, Massacessi ya llevaba un largo tiempo alejado de la Doble Visera: Sin el protagonismo prometido y obligado a ser un actor de reparto, empacó sus sueños y despegó hacia México, donde hizo carrera dentro y fuera de la cancha, ya que una vez colgados los botines se formó como dirigente y hombre de negocios de los emprendimientos futbolísticos que nutren a aquella nación.


En 1999, una década después a su último afán de ocupar el lugar encarnado en los botines de Bochini, Massacessi dió una nota al Diario Olé donde no se guardó comentario alguno: "Me hubiera gustado que él mismo me diera la oportunidad de consolidarme en su puesto. Me tuve que ir y la 10 del Rojo iba de un lado para el otro, cada vez más lejos del estilo que había impuesto el Bocha. Yo lo veía de afuera con mucha tristeza cuando nadie dudaba que era su reemplazante natural".

A algunos nos prometen un amor futuro que será inolvidable, a otros nos seducen con promesas de un jugoso sueldo laboral que solo requiere nuestra paciencia para hacerse inminente. A Massacessi le prometieron ser el sucesor de uno de los mejores jugadores que jamás haya pisado este continente. Sería la propia destreza e inmortalidad lírica de su ídolo lo que lo condenó a una espera que aún perdura.

domingo, 12 de noviembre de 2017

Emiliano Armenteros


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Arrancar como una promesa nacional y que luego esa palabra llena de carga para los juveniles que afloran en la órbita de Primera División (e inclusive otras categorías), les caiga encima, bien se puede aplicar en la reseña del día de hoy.


Emiliano Armenteros nació el 18 de enero de 1986 en Luis Guillón, en la zona sur de Buenos Aires. Criado futbolísticamente en Banfield, realizó todas las inferiores allí, y anteriormente dicho, dotado de grandes condiciones futbolísticas, rápido, ágil por el sector izquierdo del mediocampo, aunque a veces -esporádicamente- se tiraba hacia el centro, en una especie de enganche.
Debutó en el año 2004 con un triunfo por 2-0 frente a Olimpo, y su DT a cargo era Julio César Falcioni. Cabe destacar además que Armenteros participó en las divisiones juveniles de la Selección Argentina.


En el año 2005, y con buenas actuaciones a cuestas suyo, Independiente, tras un casi pase frustrado, finalmente adquirió su ficha al club de zona sur, para el deleite de Julio César Falcioni, quien pudo dirigirlo y hacerlo debutar en la máxima división. ¿Quién mejor que él para pedirlo?
Su debut con la casaca punzó fue el 21 de agosto de 2005, en un cotejo que Independiente visitó a San Lorenzo en Bajo Flores, donde terminaron empatados en un tanto. Lo cierto es que post debut, para Falcioni era una fija contar con él, tanto de titular, o como primer cambio suplente, por todo lo que significaba contar con un futbolista de las condiciones de Armenteros.


El volante mantuvo su buen nivel para los campeonatos entrantes, como el Clausura 2006, casualmente el último que disputó junto a un tal Sergio Aguero. Independiente en la suma de ambos campeonatos, logró 55 puntos, pero no pudo clasificar a la tan ansiada Copa Libertadores.
Con la llegada del nuevo mandamás, Jorge Burruchaga, el mediocampista por izquierda ya se asentó sobre el once inicial desde el principio. Aportó, inclusive, una pequeña cuota goleadora a su repertorio.


En 2007, un grupo de dirigentes del Sevilla quedaron fascinados con su nivel, y ese mismo año, se marchó cedido para jugar en el equipo filial español. A base de buenas actuaciones, la institución de Andalucía adquirió el pase. Su periplo europeo continuó en el Xerez, Rayo Vallecano, Osasuna, y volvió hacia América, más precisamente a México, para jugar en Jaguares de Chiapas y hoy actualmente en Santos Laguna. Aunque con todo lo que prometía, no logró lo esperado en el Viejo Continente.

Finalmente, el zurdo mediocampista dejó una marca de 54 partidos en Independiente en dos años, con seis goles a favor, el gusto de jugar con Sergio Agüero y ser partícipe del último cotejo jugado en la Doble Visera, contra Gimnasia de Jujuy.

sábado, 11 de noviembre de 2017

Ciencia Ficción: Homenaje a ídolos en la camiseta (2009)


La crónica de hoy no puede comenzar sin esbozarse primero la definición de homenaje: "Demostración pública de admiración y respeto hacia una persona". Pero aunque, a veces, las intenciones son las mejores para poder rendir culto y respeto para viejas glorias de un club de fútbol, la semblanza resultará efectiva, también, dependiendo de quiénes porten o lleven adelante el tributo para con el homenajeado. 

Corría el año 2009. El calor de enero azotaba en el Gran Buenos Aires e Independiente se preparaba para estrenar una camiseta a tono. La marca alemana Puma desembarcaba en Avellaneda para comenzar a sponsorear al "Rey de Copas" que dejaba atrás a Umbro. 

En pos de pisar fuerte en el mercado local y de posicionarse con impronta entre las casacas de diversas instituciones argentinas, la gente de la marca con el animal salvaje no tuvo mejor idea que rendir homenaje a las viejas estrellas del club y enaltecer la rica historia del nuevo embajador argento. Fue por eso que, para la primera fecha del Clausura '09, los players salieron a la cancha con una camiseta conmemorativa que poseía en su pecho una imagen de alguna copa internacional, con su año correspondiente. 

La idea fue original. Las camisetas volaron apenas salieron a la venta. Sólo había a la venta 104 ejemplares de estos modelos, y las 22 camisetas titulares serían subastadas a beneficio del Rojo Solidario. Su template simple y sencillo, resaltando el color punzó, con los vivos blancos en el cuello y mangas, como a los hinchas de antaño les gusta más, hacían que su diseño sea aceptado por la masa societaria, aunque no hayan salido a la cancha con el escudo tradicional, sino con el redondo de siglas C.A.I superpuestas. Todo esto, mientras una votación se realizaba en paralelo para elegir la indumentaria oficial que se usaría a partir de la tercera fecha. 

Para la segunda jornada, el "Rey de Copas" debía visitar Tucumán para enfrentar a San Martín. Aquí entra el modelo en cuestión y que representa la foto que está más arriba. Cuando los jugadores pisaron el suelo santo, salieron con la remera de juego que tenía estampada un apellido referente a un ídolo de la institución. Intentaron, al menos, que el hombre que ocupe determinado puesto, lleve en su pecho a un ex que se desempeñe en la misma función. 

Fue así que, ese día, los de Miguel Ángel Santoro formaron con: Santoro (Assman); Clausen (Moreira), Trossero (Rodríguez), Villaverde (Tuzzio) y Pavoni (Mareque); Pastoriza (Vittor), Bertoni (Mancuello), Burruchaga (Fredes) y Bochini (Montenegro); Agüero (Higuaín) y Erico (Núñez).

La jornada no culminó de la mejor manera. Fue caída estrepitosa 3-0, con baile, ante un elenco que hasta hace nada militaba en la "B" Nacional. "Vamos a intentar repetir la historia", soltó Federico Mancuello en la antesala del encuentro en diálogo con Omar Porcel -de "Paso a Paso"- quien le había advertido sobre la pesadez que acarreaba el apellido que llevaba consigo. 



miércoles, 8 de noviembre de 2017

Norberto Scoponi



Histórico guardameta en los pagos rosarinos, donde Newell's Old Boys lo tuvo bajo sus tres palos durante una década y media, que vino con la experiencia al lomo para luchar por un lugar en el arco de Independiente. Para 1997, a sus 36 años, Norberto Scoponi regresó a la Argentina tras una estadía en el fútbol mexicano aspirando a ser el último hombre del Rey de Copas.

No le fue fácil: Se topó con un intocable Faryd Mondragón que lo relegó a un segundo plano. No sería hasta que el colombiano emigró al Real Zaragoza que este adoptó ritmo con la casaca roja. En tiempos donde disputaba el puesto bajo la órbita del DT César Menotti, El Gringo declaraba: "Yo creo que a César le debe gustar que tenga jugadores para pelear el mismo puesto. Menotti es el capataz, el que hace y deshace. Va a tener que optar por un estilo u otro. A mí me gusta el estilo de Menotti; que la defensa salga y yo a veces tenga que ser un líbero. Faryd es un arquero de piernas potentes, gran atajador debajo de los tres palos. No tiene nada de malo que diga que somos dos arqueros de estilos distintos.".


Con FM aterrizando en la península ibérica, las puertas se abrieron para el ex arquero de la Selección: El Flaco le confío el deber de respaldar la valla diabólica y Scoponi respondió de forma sobria y regular. Sin embargo, la cosa empezaría a complicarse en las entrañas de 1999. El inicio de Independiente en el Apertura de aquel año fue pésimo: Derrota 0-3 con Boca en el debut, caída de local 1-2 ante Lanús y empate 2-2 con Argentinos Juniors. El ambiente se cortaba con una tijera y la expectativa estaba por el suelo.

Tamaño contexto motivó rumores de una supuesta limpieza por parte de Menotti del uno titular, la cual fue revisada y descartada por el propio técnico. ¿Por qué? Por extraño que parezca, se debe al hecho de que tanto el DT como el presidente Héctor Grondona apoyaban la salida de Scoponi del equipo titularidad. ¿Cómo es esto? Cuando se filtró que César Luís apostaría a relegar al arquero titular a la suplencia, el presi salió a decir que "Era necesaria una cirugía en puestos mayores". Al escuchar esto, según allegados al técnico, Menotti sintió que desplazar a Scoponi sería dar a entender que a él le armaban el equipo, por lo que en un acto de curiosa rebeldía decidió sostener al ex Newell's en la valla. A todo esto, el arquero declaraba: "Yo no me siento cuestionado para nada. Me siento titular. Pero si el técnico decide sacar a alguien, hay que aceptarlo y nada más.".

La situación no podía terminar de otra forma: Menotti dejó el cargo a poco tiempo y su reemplazo, Enzo Trossero, borró a Scoponi del once titular. La gota que rebalsó el vaso fue cuando el nuevo entrenador decidió cortar todo vínculo del guardavalla con la plantilla y desafectarlo del plantel, en la previa de un partido con Instituto: "Desde el momento que a principios de campeonato era el arquero titular, después trabajé sin cuestionamientos como suplente y ahora me desafecta; creo que es una falta de respeto a mi trayectoria. Pareciera que no viajé a Córdoba porque tiene un problema personal conmigo. Mi relación con Trossero no es normal y no es habitual, pero es algo que le compete al entrenador. Las cosas se tienen que dar como es costumbre en mundo del fútbol, hablando de frente. Yo no le pienso preguntar porqué no me pone."


Tras dejar definitivamente el club, cediéndole su lugar a un ya homenajeado Marcelo Pontiroli, Scoponi dejó la marca de 37 partidos en Avellaneda. De cara al nuevo milenio ya no se lo veía en el vestuario de la Doble Visera.

lunes, 6 de noviembre de 2017

Raúl Damiani







Siempre hay historias para contar de gente que a base de esfuerzo y perseverancia lograron conseguir un lugar destacado entre las formaciones de un Director Técnico a cargo. Quizá, aunque no sea un vanagloriado jugador conocido, este protagonista merece su reseña en Independiente Inédito.


De estirpe rojinegra y marcador de punta por el sector derecho, Raúl Damiani nació el 24 de septiembre de 1979. Justamente, sus inicios en el fútbol fueron en Newell’s Old Boys de Rosario allá por el 1997, donde debutó como futbolista profesional. Allí se mantuvo hasta el año 2002, donde Independiente adquirió su pase.


Pedido por Américo Rubén Gallego para el Torneo Apertura 2002 en el que se consagraría campeón al final de todo, fue un recambio más en la parte defensiva. Sin embargo, el gran nivel de Juan José Serrizuela a lo largo del torneo, recién pudo debutar con la casaca punzó en la fecha 14 frente a Rosario Central, en la victoria por 3-1 frente al conjunto dirigido por César Luis Menotti. Damiani en ese partido cumplió una regular actuación. Gallego lo mantuvo como titular en la fecha siguiente frente a Nueva Chicago, en un cotejo que terminó igualado en 2 tantos.


Su labor en el torneo consagratorio fue participar sólo en esos dos encuentros debido a que el titular fue Juan José Serrizuela, quien lo opacaba con sus grandes actuaciones.


Para el año 2003 la suerte fue igual, aunque con Ruggeri y luego Osvaldo Sosa como nuevos comandantes de grupo, Damiani tuvo una gran participación utilizado tanto como lateral por la derecha o por la izquierda. Permaneció hasta el 2004 donde alternó suplencias y titularidad, aunque con José Pastoriza logró afianzarse en el puesto hacia finales del Torneo Clausura del corriente año.


Fue transferido a Libertad de Paraguay, donde allí se coronó campeón. Luego retornó a Argentina para vestir las camisetas de San Martín de San Juan, y luego la de Instituto, donde se retiró allí como una gloria, casualmente como el apodo de esa institución.

Párrafo aparte, es importante destacar que durante el declive de Independiente, y en un enfrentamiento en Alta Córdoba en un duelo que el Rojo estaba obligado a ganar para no ceder terreno en la tabla del ascenso, Damiani había abierto el marcador, que luego se daría vuelta con goles de Daniel Montenegro y Sebastián Penco.

Finalmente, su saldo final en Independiente fue de un título, muchas suplencias (?) pero 35 partidos y sin ningún gol en su cuenta personal.

viernes, 3 de noviembre de 2017

Sergio Orteman


Con riesgos de caer en una disculpa de antemano, o de atajarnos con las miras puestas a creer que esta crónica es un tema "refritado", es merecer destacar que la historia de hoy se centra no sólo en hechos aislados -aparecerán posteriormente- sino en el general de la carrera del homenajeado del día que, como no podía ser de otra manera, se suma a la galería de personajes inéditos que aparecen en este blog.

Sergio Daniel Ortemán Rodríguez, hombre nacido en Montevideo, Uruguay - y de nacionalidad paraguaya también- es uno de los hombres que pasaron a formar parte de las filas rojas en las últimas dos décadas, período de tiempo en donde podemos "exprimir" con mayor fuerza y fluidez el jugo que dejaron algunos personajes cuando aterrizaron en Avellaneda.

De natalicio futbolístico en Central Español de su país natal, y con un paso por Olimpia en su segunda tierra, su apellido comenzó a nombrarse de cara al Apertura a desarrollarse en la segunda mitad del año 2004, para reforzar la zona medular del campo de juego, encontrar un socio natural para los atacantes y divisar el pase preciso y al pie, que, seguramente, José Omar Pastoriza intuyó estaba en sus pies.

Un precontrato firmado, según confirmaba el diario Olé hacían que los lazos entre los dos protagonistas estelares de esta página virtual se encuentren. Y la declaración tras su arribo a la argentina, rótulo mediante y pose para la foto con la casaca lo confirmaron. "Me ilusiona más jugar en el fútbol argentino que en el paraguayo. Vengo al más grande de América y trataré de hacer las cosas lo mejor posible. La expectativa al llegar a un grande es salir a ganar todo", sentenció el hombre de sangre charrúa mezclada con guaraní, quien llegó acompañado por nombres como los de Jorge Martínez, Javier Muñoz Mustafá, Renato Riggio, Sergio Manoel Junior y Eduardo Bustos Montoya.

Un rato duró la primera experiencia del Pelado con la divisa punzó puesta. Sus primeras armas las desarrolló en el Apertura '04, señalado anteriormente. El fallecimiento de Pastoriza fue un cachetazo difícil de superar para todo el pueblo Rojo. Daniel Bertoni asumió en el cargo de entrenador, pero no logró encarrilar el tren de un equipo que terminó en la estación número 15 y donde la victoria ante Racing en el clásico logró, apenas apaciguar un poco las aguas. 

Para el año 2005, y hasta mediados del 2006, un préstamo al Atlas de México lo alejaría de los entrenamientos en Villa Domínico. Julio César Falcioni lo "exilió" por un tiempo, según relata Olé y su vuelta no se dio hasta mitad de la temporada '06. 

En junio ya la situación era otra. Jorge Burruchaga pasaba a ser el cráneo estratega y el hombre de la tierra del buen mate y el chivito se mentalizó en pos de ganar un lugar y meterse dentro de la consideración del técnico. Sin embargo, no todo salió bien y mientas la pretemporada se llevaba a cabo en los blandos campos del Salta Polo Club, una chispa pasó a ser una llama cuyo fuego fue difícil de apaciguar entre el entrenador y el futbolista. 

¿Qué pasó? Según cuentan los cronistas que estaban presentes en ese momento, el jugador no se mostró muy entusiasmado con los trabajos dispuestos por el profe y J.B soltó que "hay que brindarse por completo", pero sin apuntar a nadie en específico. El Pela, sin embargo, saltó y sintió que la frase fue dirigida hacia él, lo encaró al ex campeón del mundo y mantuvieron un diálogo en donde el técnico le expresó que no lo iba a tener en cuenta. 

"Pónganlo: en Independiente no juego más", soltó a los gritos ante la presencia de los periodistas que quedaron pasmados por sus declaraciones. "Nunca me dijo en la cara que no me quería, pero sé que es así", especuló y enfatizó el volante, que nunca paró su catarata de críticas. "Sergio es jugador de acá, tiene contrato hasta junio y tanto los directivos como el técnico lo queremos acá. Necesitaba unos mimos, nada más. Queremos que tenga puesta la cabecita acá. Yo me voy a encargar. Él va a seguir", contratacó mediáticamente Julio Comparada que llevó paños fríos e hizo que esta historia tenga un capítulo más.

Ya en el 2007, el verano azotaba y los torneos precompetitivos asomaban. El C.A.I debía viajar a Mendoza para enfrentar a San Lorenzo y el portazo invisible se oyó. Orteman se iba. "Me voy. Es una decisión tomada. Uno en la vida tiene que tomar decisiones y yo ya lo hice", tiró el calvo que se mostró "encantado" -todo cambia- con la idea del Burru, pero que su determinación pasaba por un supuesto pedido que J.C le hizo a su representante de buscar club, en caso de que tenga oportunidad. 

Jugó contra el Ciclón, fue de lo mejor y, mientras los directivos afirmaban que sólo lo iban a vender al exterior, apareció Boca Juniors en su camino y llegó a la ribera como "refuerzo de jerarquía".

A partir de allí, Istambul BB -Turquía-, Racing de Santander, Gremio, Peñarol -por duplicado-, Querétaro, Guaraní, Olimpia y San Lorenzo de Paraguay comprendieron los últimos paraderos de su carrera futbolística.

En el "Rey de Copas" completó un total de 35 cotejos, anotó cuatro goles y nos deja en la incertidumbre de saber qué pasó realmente con el "Orteman-Burruchaga gate".