Lo de este particular jovencito venía extraño desde su
nombre: Tranquilamente pudo haber sido el alias de algún secuaz de Walter White
en Breaking Bad, así como también la manera de identificar a algún informante secreto arrepentido del
Partido Republicano. Ustedes me entienden (?). Muy bien, la trama que involucra
a Carlos Henneberg no contiene ni cristales ni información confidencial de
carácter gubernamental. Se trató más bien de un capítulo marginal, casi
desapercibido, en la escabrosa y olvidable estadía de Independiente en la B
Nacional.
Javier Cantero había resultado victorioso en las elecciones
del año 2011 en una campaña que revolucionó por completo al colectivo
independentista. Basándose más en la abrumadora diferencia de su aparato
político con la Era Comparada que en propuestas deportivas para frenar una
posible debacle del equipo, emergió de la platea y de los foros de internet
como un arquetipo de socio común que llegaba a poder: “Uno de los nuestros” que había logrado “llegar”.
Incorporaciones que no rindieron, ventas cuyo dinero parecía
haberse esfumado, refuerzos falopa y altas que tardaron meses en debutar por
problemas físicos, el expediente comparadista en el mercado de pases dejaba
mucho que desear. Pero si lo que esperábamos era que la gestión Cantero se
diferenciara de estos métodos, lamentablemente la realidad no hizo más que
demostrar que nos habíamos tragado un buzón, y Carlos Henneberg es un claro
ejemplo de esto, al transitar en la vía de los “refuerzos-combo”, ó como dirían
en cualquier supermercado cercano a tu hogar: “Compre uno y lleve dos”.
Cristian Menéndez había arribado a Independiente a préstamo,
siendo dueño de su pase el Club Atlético Lanús. Dicho traspaso incluyó
presentación oficial y declaraciones a la prensa. Lo que no sabían propios y
extraños es que el rubio atacante, de fugaz paso por el club, era tan solo una
faceta de aquellas tratativas: En realidad la compra tenía un carácter siamesa,
porque mientras Menéndez se llevaba los flashes, en silencio Henneberg
comenzaba a trotar por Villa Domínico. No tuvo presentación, declaraciones, ni
siquiera algún epígrafe en un medio oficial que aclarara su incorporación. A
sus 23 años, este delantero era un misterio. Su expediente relataba pasos
fugaces por Atlanta, Lanús, Nueva Chicago y Corinthians de Brasil. ¿Se trataba
de un tapado? Lo dudo: En ninguno de sus conjuntos anteriores había logrado
continuidad. Ni siquiera un nivel aceptable. ¿Brindisi, el DT en aquel
entonces, acaso sabía de su existencia? Para nada. Recién supo de Henneberg
cuando puso pie en el verde césped del entrenamiento. Es más, él ni siquiera
aparece en la Base de Datos del Fútbol Argentino. Pasaron Mulder y Scully y
dijeron que acá hay algo raro.
Tanto el delantero involucrado como Cantero intentaron
disipar las dudas en torno al asunto. Pero si esto antes tenía un manto de
extrañez, tras sus torpes palabras directamente adoptó un carácter paranormal:
“Me lo recomendó Nicolás Russo”, deslizó JC, en alusión al presidente de Lanús.
Amigazo entonces Russo, que le sugirió a Cantero un jugador que su propio
entrenador, Guillermo Barros Schelotto, había descartado poco tiempo antes. No
se puede confiar en nadie, loco. Por otro lado, Henneberg disparó una frase que
grafica a la perfección su paso por Independiente: “Me pidieron que por ahora
no hable”.
Entre sospechas, polémicas y piezas de los rompecabezas faltantes,
este particular sujeto se establecía, en condición de ‘a prueba’, para bien
como una de las caras que reforzaban a ‘El Rojo’ en su paso por la B Nacional
en la fatídica temporada 2013-2014. Cara que se disiparía con el pasar de los
días, ya que su testeo en estos lares no arrojaría resultados favorables: En
Octubre, a dos meses de su arribo, armó los bolsos y dijo adiós. El tiempo
dejaría sentado que su tan poco común traspaso fue parte de una articulación de
la transferencia del mencionado Menéndez: La absorción de un favor para
destrabar la negociación.
¿Es Henneberg un episodio perdido en la traumática serie
basada en la travesía Independiente en la segunda división? No lo sé, pero
suena bien (?). Sabemos que Carlos, jugando actualmente en México, tiene cuenta
en Twitter, por ende damos por sentado de que suele caminar los pasillos
internautas. Si lees esto, te tengo dos preguntas: ¿Cómo pasó? O, mejor dicho,
¿Qué pasó?
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