sábado, 7 de enero de 2017

Iván Vélez




El año 2011 comenzaba con un optimismo precioso para las almas rojas. Aún estaba el aroma a la conquista de la Sudamericana el año interior, sinónimo de apertura hacia competiciones continentales, a saber: Copa Libertadores, Copa Suruga Bank, Recopa Sudamericana y la misma Suda. El Rey de Copas estaba en su salsa. Y en vísperas de afrontar esa gama de torneos, se buscaba atraer fichajes para construir un equipo competitivo, con recambio y efectivo para alcanzar, por lo menos, uno de los cuatro logros posibles. Pero algo salió mal en la táctica de refuerzos a adquirir. Daba la impresión de que el equipo no estaba incorporando sino rellenando. Y tristemente el tiempo daría la razón a esta hipótesis. Esta es una de las tantas historias que ramificó Independiente en el olvidable período post-Sudamericana.


Bajo el ala de Antonio Mohamed, el pionero en arribar a El Rojo tras aquel trofeo obtenido el caluroso 8 de Diciembre fue un lateral derecho llamado Iván Vélez. Colombiano, de baja estatura y peso liviano, delataba antecedentes en el Quindío, el América de Cali y el Once Caldas. En ambos se alzó victorioso con torneos locales. Incluso su currículo dejaba entrever participaciones en la Selección Colombia. Era promisorio, entonces, el arribo de Vélez, encargado de dotar con algo de rapidez y asistencia de cara ofensiva al sector defensivo del Diablo. El 11 de Febrero del 2011, por la primer fecha del Torneo Clausura, Vélez debutó con la casaca del Rey de Copas en el empate 2 a 2 ante, curiosamente (?), Vélez Sarsfield. Consecuente al encuentro primerizo por la competición local, Independiente regresaría a la Copa Libertadores con un estreno perfecto: Goleada 3 a 0 al Peñarol uruguayo, cotejo que Vélez presenciaría en su totalidad desde el banco de suplentes.

Aquella primavera duraría un suspiro. Un Independiente débil, con un recambio ineficaz y con un modelo de juego sin identidad ni ideas, comenzaría su declive: El andar en el torneo local se haría irregular, alternando entre empates con sabor a poco y derrotas en momentos clave: La caída ante Racing, por ejemplo, sería un duro golpe. La Libertadores comenzaría a alejarse lentamente, gracias a derrotas 0-3 ante Liga de Quito, 1-3 ante Godoy Cruz –de locales- y un condenatorio empate en uno en Avellaneda ante los ecuatorianos.


Mientras El Rojo se reacomodaba a la triste realidad, Vélez completó momentáneamente por aquel entonces 20 partidos con la casaca del Diablo, con altibajos remarcables y un nivel lejano a cualquier expectativa que se tenía de él. Por lapsos parecía dispararse de las áreas de juego y no valía aporte alguno ni proyectándose por las bandas ni colaborando en defensa. A favor de aquella escuadra de la primera rueda del 2011, se puede decir que tuvo un final de pie: Se despidió de la Libertadores venciendo en Montevideo a Peñarol, y alcanzó, tras un gran resurgimiento en las fechas finales, el 6to puesto, con una goleada 5 a 1 a Huracán como frutilla del postre.

La ilusión que existía respecto a las dos revanchas que presentaba aquel año, la Copa Suruga Bank y la Recopa Sudamericana, se disolvieron en dos baldazos de agua helada: Con Vélez en cancha, Independiente cayó en tierras japonesas ante Jubilo Iwata. Él completó 70 minutos en aquel encuentro brindado en la fría primera mañana del 3 de Agosto. Y con el colombiano ingresando en el entretiempo durante la vuelta disputada en Porto Alegre, Independiente perdió la Recopa ante el Internacional brasileño con un global de 3-4 en contra.  

Las chances coperas ya no existían e Independiente comenzaba a concluir su año con las manos vacias. La gestión de Mohamed se comenzaría a deteriorar a medida que el tiempo pasaba. Por su lado, Vélez alternaba intermitencias en el campo de juego, pero tras la renuncia de El Turco tras una derrota ante Boca Juniors, su ciclo parecía cumplido. Se despidió en el torneo local en la derrota 0-1 de local ante Colón de Santa Fe, no sin antes hacer su última aparición en competición internacional participando en el cotejo ante Liga de Quito por la ida de los octavos de final de la Copa Sudamericana, en la cual Independiente defendía el título de campeón. Bajo las órdenes del reemplazante de Mohamed, hablamos de Ramón Díaz, Independiente alineó una defensa con Javier Báez, Carlos Matheu, Leonel Galeano y el mencionado Vélez. Caería por 2 a 0 en Quito.


26 partidos, sin tantos. Sobre seis competiciones, entre torneos locales y copas, ningún trofeo en la vitrina. Por supuesto que esto no es ínfima responsabilidad de nuestro homenajeado de hoy, pero no podemos dejar de mencionar su rol de reparto lamentablemente intrascendente en un año en que llovió sopa e Independiente, para su desgracia, contaba solo con un tenedor. 

(Anteriormente on-line en Siempre Independiente)

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