domingo, 8 de enero de 2017

Ciencia Ficción: Jairo Castillo llega, juega cuatro partidos y se va (2011)



El 2011 comenzaba a mover sus ruedas e Independiente intentaba construir una actuación digna tanto en el Torneo Clausura como en Copa Libertadores. Un plantel hijo de la obtención de la Sudamericana en el año anterior  había adquirido como refuerzos a Iván Vélez y Matías Defederico. 

Sin embargo, el transcurso de los partidos desnudó una carencia de futbolistas en el seno de la doble competición: El propio MDF, Facundo Parra, Andrés Silvera, Leonel Núñez y Brian Nieva caminaban no lograron salvaguardar ciertas fugas en el nivel ofensivo y eso encendió la alarma en el técnico Antonio Mohamed. Por eso es probable que el entrenador haya respirado con algo de alivio cuando una lesión del joven Nicolas Mazzola, alejado del equipo titular pero ingresado en los planes marginales del primer equipo, haya quedado impedido de continuar su participación por una lesión y ello habilitara al club para incorporar a un nuevo futbolista para el torneo local y para la disputa continental.

Jairo Castillo se encontraba en México buscando resolver su situación contractual con el Querétaro. A tan solo dos meses de su arribo, Febrero de 2011 lo encontraba separado del plantel profesional debido a bajo rendimiento. En un óptimo resurgimiento que había desempeñado en Godoy Cruz en la temporada anterior él se escudaba para, descartando continuar en aquella institución, buscar un nuevo horizonte. Claro que el contrato del colombiano era una piedra en el zapato para una salida en libertad de acción y la propia FIFA debió intervenir entre el atacante y el conjunto mexicano para destrabar el conflicto. Mientras esto se desenvolvía, varios medios partidarios comenzaron a hacer correr el rumor de que Jairo Castillo sería quien ocuparía el cupo disponible de Mazzola, regresando a Independiente tras su paso en el año 2004.

Aun cuando su situación se encontraba buscando ser resuelta en el escritorio de algún dirigente de alto rango, efectivamente el delantero firmó con ‘El Rojo’ a préstamo por un año y se puso a disposición del entrenador. Su debut se dio frente a su ex equipo, Godoy Cruz, en la derrota 1-3 por Copa Libertadores que dejó a Independiente al borde del abismo. Pocos días más tarde convirtió un gol precioso de emboquillada en la goleada por 4 a 0 ante Newell’s. Pero aquel mágico (?) tanto ante los rosarinos fue apenas un destello: En el match posterior al citado anteriormente, frente a Quilmes, Castillo se retiró en el complemento con molestias, dejando su lugar en la cancha a Roberto Battión. Recién reaparecería un mes más tarde en la conclusión de la fase de grupos de la copa, cuando un eliminado Independiente venció por 1 a 0 a Peñarol, en el cual compartiría delantera con Facundo Parra, posterior arquero improvisado en aquella noche de victoria y despedida.

Sin la Libertadores dentro de los planes, la presencia de Castillo se disipó por completo. Y no es una metáfora: Realmente desapareció de la escuadra tras aquel partido en Uruguay. Lesión ó dificultades contractuales aparte, lo llamativo es que su reaparición se dió… ¡al notificarse que la policía de su país lo estaba buscando por causar un accidente de tráfico! A comienzos de Agosto, Castillo escapó de un operativo policial ante la mirada atónita de los agentes de tránsito de Cali. En aquella misma ciudad, una vez superado su altercado con la ley, hallaría su nuevo conjunto, ya que firmaría con el América de cara a la temporada 2011-2012. Así es, tres equipos en tan solo nueve meses y la incógnita en todos los hinchas de Independiente respecto a la extraña estadía de Castillo en nuestro equipo. El resultado son 4 partidos y un gol, en un período entre el 10 de Marzo (primer partido contra ‘El Tomba’) y el 12 de Abril (despedida frente a Peñarol). Así es, su paso duró tan solo un mes y dos días.

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