domingo, 8 de enero de 2017

Juan Caracoche



Este defensor encarna el enigma de la perduración en el panorama y de la cercanía en el tiempo. Porque de alguna manera Caracoche parece haber estado presente un largo período como una especie de Peter Pan, un permanente juvenil a punto de quebrantar el banco de suplentes para reemplazar a Leandro Gioda, Carlos Matheu, Guillermo Rodríguez, Ricardo Moreira, Eduardo Tuzzio, Leonel Galeano o el mismísimo (?) Ángel Puertas. La realidad es que él formó parte del plantel profesional tan solo durante un año y medio: Clausura y Apertura 2008 y Clausura 2009. En dicho trío de competiciones acumuló escasos 16 partidos, aprovechando la inestabilidad táctica que caracterizaba a Independiente en aquellos tiempos (mal que, tristemente, aún estamos combatiendo).

También Caracoche atrae cierta sensación de proximidad en el tiempo, como si nos asomáramos ahora mismo para pegarle una mirada a la plantilla del equipo y que él esté ahí, con su peinado al viento y su mirada juvenil, esperando el mañana que de seguro será dorado. Pero el último partido que disputó este defensa en Independiente fue hace más de siete años. Digamos que un bepi que nació el día que debutó el homenajeado de hoy, en estos días ya estaría transitando segundo año de primaria. Así es, ese ejemplo fue absolutamente innecesario pero quería dotar de dramatismo cronológico a la nota. Sepan entender.

El Independiente del primer semestre del 2009 era un experimento incomprensible y sin identidad. Atrás había quedado la etapa de Miguel Ángel Santoro en el génesis de dicho año, ahora era Américo Gallego quien comandaba la plantilla. Y bajo las órdenes de ‘El Tolo’ Caracoche jugaría sus últimos partidos en ‘El Rojo’ con resultados dispares: En aquel Clausura, Carabici (así era apodado por sus compañeros causa de que concurría a los entrenamientos montando una bicicleta) formó parte del equipo que venció 2 a 1 al Huracán de Ángel Cappa, así como también del que cayó 0-1 ante Colón de Santa Fe y el que fue aplastado por el Estudiantes de Sabella en un 5 a 1 categórico. Dicha goleada fue su despedida.


El tiempo transcurre, Caracoche desaparece del mapa y debemos posar nuestra mirada, ya en el 2013, en una entrada del portal Navarro Noticias, sitio de internet difundidor de novedades de dicha ciudad, para conocer la respuesta a la incógnita de que había sido de su vida: “Dejó el fútbol profesional para comenzar una nueva vida en Navarro junto a sus seres queridos.” En dicho lugar, el futbolista atiende una panadería llamada ‘Don Pancho’, donde la medialuna del área fue reemplazada por deliciosas medialunas de grasa y de manteca, y el rojo de la tribuna hoy se asemeja en menor medida con la glaseada frambuesa de una porción de torta que un vecino se lleva para su merienda. De vez en cuando, mientras envuelve la media docena de facturas que Cacho de la ferretería se lleva para devorar en su negocio, relata sus anécdotas en Independiente, mientras procura que el envoltorio de papel no disemine por el paquete el prolijo dulce de leche que yace en el corazón de una azucarada bola de fraile. 

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