Este defensor encarna el
enigma de la perduración en el panorama y de la cercanía en el tiempo. Porque
de alguna manera Caracoche parece haber estado presente un largo período como
una especie de Peter Pan, un permanente juvenil a punto de quebrantar el banco
de suplentes para reemplazar a Leandro Gioda, Carlos Matheu, Guillermo
Rodríguez, Ricardo Moreira, Eduardo Tuzzio, Leonel Galeano o el mismísimo (?)
Ángel Puertas. La realidad es que él formó parte del plantel profesional tan
solo durante un año y medio: Clausura y Apertura 2008 y Clausura 2009. En dicho
trío de competiciones acumuló escasos 16 partidos, aprovechando la inestabilidad
táctica que caracterizaba a Independiente en aquellos tiempos (mal que,
tristemente, aún estamos combatiendo).
También Caracoche atrae cierta sensación de proximidad en el
tiempo, como si nos asomáramos ahora mismo para pegarle una mirada a la plantilla
del equipo y que él esté ahí, con su peinado al viento y su mirada juvenil,
esperando el mañana que de seguro será dorado. Pero el último partido que
disputó este defensa en Independiente fue hace más de siete años. Digamos que
un bepi que nació el día que debutó el homenajeado de hoy, en estos días ya
estaría transitando segundo año de primaria. Así es, ese ejemplo fue
absolutamente innecesario pero quería dotar de dramatismo cronológico a la
nota. Sepan entender.
El Independiente del primer semestre del 2009 era un
experimento incomprensible y sin identidad. Atrás había quedado la etapa de
Miguel Ángel Santoro en el génesis de dicho año, ahora era Américo Gallego
quien comandaba la plantilla. Y bajo las órdenes de ‘El Tolo’ Caracoche jugaría
sus últimos partidos en ‘El Rojo’ con resultados dispares: En aquel Clausura,
Carabici (así era apodado por sus compañeros causa de que concurría a los
entrenamientos montando una bicicleta) formó parte del equipo que venció 2 a 1
al Huracán de Ángel Cappa, así como también del que cayó 0-1 ante Colón de
Santa Fe y el que fue aplastado por el Estudiantes de Sabella en un 5 a 1
categórico. Dicha goleada fue su despedida.
El tiempo transcurre, Caracoche desaparece del mapa y
debemos posar nuestra mirada, ya en el 2013, en una entrada del portal Navarro
Noticias, sitio de internet difundidor de novedades de dicha ciudad, para
conocer la respuesta a la incógnita de que había sido de su vida: “Dejó el fútbol profesional para comenzar
una nueva vida en Navarro junto a sus seres queridos.” En dicho lugar, el
futbolista atiende una panadería llamada ‘Don Pancho’, donde la medialuna del
área fue reemplazada por deliciosas medialunas de grasa y de manteca, y el rojo
de la tribuna hoy se asemeja en menor medida con la glaseada frambuesa de una
porción de torta que un vecino se lleva para su merienda. De vez en cuando,
mientras envuelve la media docena de facturas que Cacho de la ferretería se
lleva para devorar en su negocio, relata sus anécdotas en Independiente,
mientras procura que el envoltorio de papel no disemine por el paquete el
prolijo dulce de leche que yace en el corazón de una azucarada bola de fraile.
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