sábado, 7 de enero de 2017

Carlos Núñez



La temporada padecida en el ascenso dio a luz a diversos hechos que abarcaron el ámbito de lo olvidable, lo preocupante, la ironía y lo agónico. Superada aquella etapa, revivirla mediante videos, fotos, noticias, textos y vivencias es recurrir a una reconstrucción torpe, agotadora, desgastante y sufrida de un gigante que había caído. La victoria ante Huracán en el último episodio de aquella oscura saga significó un punto final para un proceso nefasto en la segunda división.

Entre tentativas de renuncia, partidos ante Brown de Adrogué y relatos del Bambino Pons se encuentra la fotografía de Christian Núñez, pasajero en tránsito del vuelo de Independiente por los lares del Nacional B. Lateral derecho de origen uruguayo, su currículo delataba pasos por Huracán Buceo, Fénix, Cerro y Nacional de su país natal. Con 30 años, arribaba por vez primeriza al fútbol argentino tras que El Rojo y Boca Juniors se disputaran su fichaje. A comienzos de Agosto del 2013, con el torneo ya comenzado, cerró su transferencia a la escuadra de Avellaneda.

Pichón (así era su apodo) se encontraba agrupando minutos de juego mientras en simultaneo se ponía al día físicamente cuando, a poco más de dos semanas de su llegada, Miguel Ángel Brindisi abandonó la dirección técnica. Su reemplazante, Omar De Felippe, no tenía en sus planes la incorporación plena al equipo titular del protagonista de este escrito. Los escasos momentos en que se podía observar a Núñez bajo el ala defelippista era actuando por la banda izquierda, sitio donde, según propias palabras del jugador, no se sentía lo suficientemente cómodo. Poco a poco el aroma a ciclo fugaz pero cumplido era mayor. Sin embargo, hubo tiempo para que, ante los micrófonos de medios partidarios, nos deleitará con un poco de su filosofía de juego: “Lo principal es que no te conviertan goles cuando arranca el partido. Eso te cambia todo el panorama y tenés que salir a buscar el partido de lleno. Cuando el resultado se consigue hay que cuidar la pelota, estar más atentos y concentrados”. Tomá nota, Guardiola.


Cerrada la primera rueda de aquel campeonato, la estadía de Núñez en Independiente se sumergía en su silenciosa conclusión. Cuatro partidos en total son el registro de este defensa charrúa con la casaca roja. Tan solo el recorrido por las profundidades históricas de las horas más difíciles que transitó nuestro equipo puede revivir el paso ignoto de Pichon por el Libertadores de América. Su carrera continuaría en el fútbol ecuatoriano, pero esa historia ya no nos incumbe. 

(Anteriormente on-line en Siempre Independiente)

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