domingo, 29 de abril de 2018

Nicolás Mazzola


En un universo alternativo, Nicolás Mazzola fue un delantero que a fuerza de goles se afianzó en la primera del Club Atlético Independiente, exasperando el deseo a por adquirir su pase de diferentes entidades europeas, destacándose la del West Ham, conjunto británico que adquirió su ficha en base a las regalías que los pases de Javier Mascherano y Carlos Tévez. La prosperidad sería, entonces, moneda corriente.

Sin embargo, ese sitio lateral a la existencia no tiene lugar en nuestro mundo de significados. En esta realidad, Mazzola hizo sus primeras armas como futbolista profesional en El Rojo, siendo testeado a fines del 2007 por el DT en aquel entonces, Pedro Troglio. Escaso tiempo después, se sumaría a la pretemporada con la primera plantilla, aunque la suma de minutos en campo de juego le sería esquiva. Aún en este contexto, se rumoreaba que el mencionado equipo inglés estaba tras sus pasos. Esto quedaría como meras especulaciones.

Peter finalmente se iría, Miguel Ángel Santoro haría las de bombero y DT oficial y, a fin de cuentas, Américo Gallego asumiría el mando, relegando a NM a un segundo plano. Entre 2008 y 2011, el muchacho de sensacional peinado acumularía tan solo cinco partidos sin goles.

En un universo alternativo, quizá yo sea redactor de un importante periódico en Washington. O estaría preparándome para cubrir el Mundial. Pero por algún motivo, si es que esto tiene algún sentido, estoy aquí, en mi habitación, escribiendo sobre la suerte de Mazzola. Que -valga la redundancia- efectivamente tuvo suerte, ya que al poco tiempo encontró su lugar en Gimnasia y Esgrima La Plata, donde se reencontró con el propio Troglio. Hoy es habitué del O'Higgins de Chile. Va un abrazo para él.

viernes, 27 de abril de 2018

Wilmer Cabrera



Nos trasportamos al milenio pasado. Más precisamente al fin del mismo. Y es una pena porque, últimamente, el blog parece dotarse de futbolistas que pasaron por el Rojo en el filo del 2000 y caen en nuestro recuerdo. O mejor dicho, algunos ni se nos pasaron por la mente, ¿o no?

La historia de hoy convoca a un colombiano a la escena. Sí, otro más. Marco Pérez, Juan Caicedo, Iván Vélez, son algunos de los casos que ya citamos con anterioridad pero que sumamos al contexto de la crónica. ¿Casualidad o causalidad? No lo sabemos. Pero, luego de Albeiro Usuriaga, parece que las experiencias de los cafeteros por Alsina y Bochini no son las mejores.

Wilmer Cabrera es de quien hablaremos hoy. Hombre nacido en Cartagena, arribó a Avellaneda a mediados del '97 al equipo que conducía Ricardo Gareca, a cambio de 600.000 dólares. El lateral/volante llegó desde el América de Cali -elenco al que el "Rey" compró el pase- de cara al Apertura venidero, con 29 años de edad.

Su pase era entusiasta debido a su paso vigente por la selección de su país, a la que era habitualmente convocado, sobre todo porque, un año más tarde, llegaría el mundial de Francia y las eliminatorias estaban a flor de piel.

La verdad, poco más tenemos para decir de este futbolista que pasó sin pena ni gloria por el club. Apenas seis meses más tarde, Francisco Maturana lo convenció de regresar a su tierra natal y calzarse la de Millonarios y, definitivamente, ser parte de la nómina de 23 profesionales que viajó a tierras "galas" para la Copa del Mundo.

Con la divisa punzó disputó 11 cotejos, no marcó ningún tanto, pero, hoy, lo tenemos acá presente.

martes, 24 de abril de 2018

Piedra en el Zapato: Atlético Tucumán




En este post del día de la fecha, hablaremos sobre un conjunto del interior que en el último tiempo se codeó internacionalmente como lo es Atlético Tucumán: jugó por primera vez la Copa Libertadores, jugó también por primera vez la Copa Sudamericana y desde la llegada de Ricardo Zielinski se mantuvo en el más alto nivel competitivo.

Ahora bien... ¿qué trae a este conjunto a nuestro blog? Pues claro, independientistas, adivinaron. Si nombramos a Atlético Tucumán, el Decano, automáticamente lo asociaremos a un equipo aguerrido, duro, que por momentos puede jugar bien y es práctico. Y si se enfrenta a Independiente, todas estas características parecieran potenciarse en demasía, en relación a los últimos enfrentamientos ocurridos.

Ahora bien, para repasar este historial, debemos remontarnos al siglo pasado, precisamente en la década de los 70', cuando se disputaban los antiguos Torneos Nacionales. El primer partido terminó igualado en un tanto, correspondiente al certamen del año 1973. Al año siguiente, y también por la misma competencia, se produjo la máxima goleada entre estos equipos, en favor del Rojo, por cuatro a cero, disputado en Avellaneda, luego, en ese mismo grupo, se enfrentaron nuevamente e igualaron en dos goles.

En 1976 y 1984 se produjeron dos triunfos consecutivos del conjunto de Avellaneda en condición de visitante (2-1 y 1-0 respectivamente). Sin embargo, en 1984, y por el partido de vuelta correspondiente al grupo que ambos conjuntos compartían, se produjo el primer triunfo del equipo tucumano, por 2-0 en Avellaneda.

Luego de 25 años, se volvieron a ver las caras en el Torneo Apertura 2009, donde el equipo dirigido por Américo Gallego asestó una goleada en condición de visitante al reciente ascendido del norte del país. Luego, en el Clausura 2010, y con un triplete de Andrés Silvera lo goleó en Avellaneda. Hasta aquí, parece un historial ampliamente superior ¿no?

Tuvo que pasar seis años para nuevamente verse las caras y en Avellaneda. Durante el Torneo 2016/2017 con Gabriel Milito al mando, Independiente fue derrotado por 2-0 frente a un Atlético Tucumán de un muy buen nivel, donde prácticamente no se lo logró atacar. En el actual certamen, los Diablos cayeron por el mismo marcador, donde jugar de local parece un parto para el conjunto de Ariel Holan.

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También no se debe olvidar el partido que ambos conjuntos protagonizaron en la Copa Argentina, en el cual el Decano eliminó a Independiente en tiempo regular por 2-1. Mientras medio Avellaneda se lamentaba la derrota que daba la posibilidad de acercarse a la Libertadores, los tucumanos lograron ser finalistas, donde cayeron posteriormente con River Plate.

Sin embargo hay que realizar una mención importante. E internacional. Estos equipos se enfrentaron durante la Sudamericana del año pasado en el que Independiente se coronó campeón en el Maracaná frente al Flamengo. Durante la llave de octavos de final, el primer partido dio lugar en Tucumán. Allí el conjunto norteño condujo los hilos del partido de principio a fin, y tranquilamente el Rojo pudo haber perdido por amplia ventaja.

En el cotejo de vuelta, en el Libertadores de América, personalmente creo que dio lugar a los famosos partidos de mística copera. Tagliafico expulsado, un penal tremendamente inexistente y el delirio de los hinchas tras el zapatazo al ángulo de Benítez, lesionado, y jugando con un hombre menos, dio lugar a una de las clasificaciones más emocionantes en el último tiempo, en un encuentro que terminó 2-0 y permitió avanzar de ronda. El resto, es historia.

A veces los rivales menos pensados y que uno cree accesibles, terminan siendo los que más dificultan en un fútbol que ya no distingue jerarquías entre planteles, o tal vez sí, pero siempre el fútbol nos prepara para cosas como estas.

domingo, 22 de abril de 2018

Damián Manso



Portador de la mítica casaca número 10 en los oscuros tiempos que sucedieron a las mieles obtenidas en el Apertura 2002, Damián Manso arribó al Club Atlético Independiente en vísperas del Apertura y la Copa Sudamericana 03'. ¿Su misión? Comandar a una escuadra que buscaba demostrar que el título doméstico obtenido escaso tiempo atrás no fue un hecho aislado, y que estaba dispuesta a volver a pisar fuerte en el ámbito internacional.

Criado en Newell's Old Boys, y tras un fugaz paso por el fútbol francés, DM formó parte de un team que se hizo fuerte en el génesis del dúo de torneos que afrontaba: Bajo la tutela de Oscar Para en serio Pollo Ruggeri, eliminó a Rosario Central en la primer fase de la Sudamericana y mantuvo un invicto de siete cotejos en el escenario local. Manso hacía lo que podía trazando buenas migas en la ofensiva con Cristian Castillo, Jeremías Caggiano y Bruno Marioni. El futuro parecía promisorio.

Parecía. Porque la debacle se hizo presente en un santiamén. Un global de 1-8 en contra frente a River Plate en la ronda posterior desechó a Independiente de la copa, mientras que el soñar con el Apertura pasó a ser algo impensado tras una racha adversa de ¡diez partidos! sin conocer la victoria. Ruggeri fue rápidamente expulsado del banco de suplentes y Manso pasó a ser fuertemente cuestionado por la hinchada, desilusionada con un equipo que apostó a dos frentes y flaqueó de forma absurda en sendos trayectos.

El Piojo tragó saliva y optó por continuar un semestre más. El incentivo era la participación roja en la Copa Libertadores 2004. Pero el proceso fue similar al vivido en el año anterior: Inicio promisorio, final decepcionante. Independiente debutó en el Grupo 5 con una victoria por 4 a 2 ante Cienciano en la Doble Visera, match en donde el protagonista de este post la descosió. Finalizó segundo en dicha fase, pero al ser uno de los peores en el contexto general que alcanzó esa posición, se vio obligado a jugar una repesca contra el Sao Caetano de Brasil. ¿Entonces? Eliminación a mano de los cariocas y regreso a casa con las manos vacías. En el torneo local la cosa no fue mejor: Se finalizó 13ros, lejos de los puestos de pelea.

Manso dejaría el club ostentando la cifra de un gol en 25 partidos. Se mantuvo sin demasiada trascendencia en Newell's (nuevamente) y el fútbol griego, hasta ser revitalizado por la Liga Universitaria de Quito, conjunto con el cual se sacaría la espina de triunfar en una Copa Libertadores, nada más y nada menos que ganándola.

viernes, 20 de abril de 2018

Jorge Fossati (2010 y 2013)


Continuamos con el tópico entrenadores. Nos alejamos de aquellos futbolistas que rindieron a cuentagotas en nuestro club, para adentrarnos en los mercados de pases, en donde el nombre de un entrenador reconocido en el mundo del fútbol sonó dos veces para dirigir a nuestra escuadra.

Jorge Fossati, ¿hombre al que podríamos encuadrar en ese mote de "jerarquía" que se puso de moda dentro del lote de técnicos? Tuvo un primer contacto con la directiva de Independiente en el año 2010.

Daniel Garnero, muchacho de la casa que agarró un plantel con doble competencia -torneo local y Copa Sudamericana- dimitió ante la adversidad de resultados y Julio Comparada, pope de la entidad de Avellaneda, se contactó con el homenajeado del día, con trabajo activo en Arabia Saudita, en donde comandaba a los del Al Shabab.

Que sí, que no, al final desestimó la propuesta, encantado con la misma, pero sus compromisos en tierras del oriente hicieron que continúe allí. "No puedo obligar a los dirigentes a que me esperen. Es un orgullo tener esta posibilidad y es algo que, alguna vez, me gustaría, pero tengo compromisos muy importantes con mi actual equipo como para sentarme a hablar", soltó. Al final, todos conocemos la historia: Antonio Mohamed se hizo cargo y, para fin de año, brindamos con una nueva copa.

El segundo capítulo de la novela trascurrió a mediados del 2013, momento clave en la historia del "Rey de Copas" que, por esos momentos, ocupaba plazas de descenso. Javer Cantero pispeó la actualidad del cráneo estratega para ver si podía agarrar debido a su, "mano dura".

Gabriel Morales, su representante, era entusiasta con la posibilidad. Él mismo, manifestó que, tenía que viajar a Qatar para resolver unas cuestiones pero que, "si resolvía todo, será el técnico". Hombre de negocios, llegó a disparar que: "Se tiene que resolver hoy porque Independiente juega el domingo. Me encantaría que pueda, aún en la situación en que está el club".

Al final, la ilusión duró poco. El propio Fossati, en charla con un medio argentino, desestimó la chance. "Nadie habló conmigo hasta ayer que me llamó Cantero. No quiero agarrar nada a las corridas, he dicho que no a más de una propuesta, incluso de la Argentina. Este no es un club más para mí. No es la primera vez que me llaman, pero no soy el indicado", sentenció, cerrando la puerta y dando paso a Miguel Ángel Brindisi.

Fossati nunca llegó. No cruzó el charco -ni de Uruguay para acá, ni desde Arabia- y su arribo fue una incógnita. Si embargo, un dejo de deseo sembró, ¿te gustaría verlo en el Rojo algún día?

martes, 17 de abril de 2018

Mercado de Pases: Guillermo Barros Schelotto (2015)



¿Quién iba a pensar que uno de los pintorescos personajes del fútbol argentino estuvo cerca de embarcar en Independiente? Muchachos totalmente mediáticos, pícaros, tanto en su etapa como jugadores, y ahora devenidos en Directores Técnicos. Pues claro, hablamos principalmente de uno de los mellizos Barros Schelotto. De Guillermo precisamente, hoy DT de Boca.

Hacia mayo del año 2015, Independiente se encontraba en un proceso de afianzamiento tras el paso por la segunda categoría del fútbol argentino, en su época más nefasta. De la mano de Jorge Almirón, se jugaba un fútbol agresivo, a puro toque, con un estilo diferente al conservadurismo post Nacional B. De la mano del ex DT de Godoy Cruz, Independiente realizó una campaña muy buena en su primer torneo a fines del año 2014, con 33 puntos, un cuarto puesto y sin desprenderse de piezas clave.

Al año entrante, y tras un gasto oneroso en los refuerzos que trajo la CD roja, entre ellos Toledo, Tagliafico, Graciani, Valencia, Victorino, Diego Rodríguez, Lucas Albertengo. Con un nuevo equipo a disposición, y con la novela entre la ruptura Daniel Montenegro-Almirón, el equipo tuvo un buen arranque y se desinfló. Con la derrota en el clásico de Avellaneda, renunció.

Sin alguien que comandara el primer equipo, rápidamente se barajaron opciones, pero la más firme, en cuanto a las formas similares de juego y la principal prioridad fue Guillermo Barros Schelotto, de gran presente en Lanús, con una obtención continental, la Copa Sudamericana 2013. Sin embargo el principal problema era que el mellizo estaba todavía dirigiendo allí. Aunque desde Avellaneda las esperanzas no se acababan, ya que Hugo Moyano logró convencer a Alejandro Marón, el presidente de Lanús en aquel momento, para ver las condiciones y si podían llegar a un acuerdo con los Schelotto.

Consultado en aquel momento, Guillermo disparó: "No tengo nada que decir sobre Independiente. Es lindo que un club, donde no tengo un pasado y es tan grande, se fije en mí. Pero no tengo nada que decir".  Las negociaciones empezaron, pero la postura de Guillermo fue de seguir en Lanús.

La dirigencia a pesar de la negativa, focalizaron en quien luego sería el técnico, quien fue Mauricio Pellegrino, tras haber sido echado de Estudiantes de La Plata. Y pensar que, en algún momento pudimos haber tenido a un técnico que se hubiese quejado permanentemente de los arbitrajes.





jueves, 12 de abril de 2018

Damián Luna


Jóvenes promesas del fútbol argentino. ¡Qué difícil es, para varios, poder cargar con ese mote! ¿Cuántos son los recuerdos que se nos vienen a le mente de pichones de cracks que luego no pudieron demostrar todo su potencial? Independiente, club que nos compete y reúne en estas páginas virtuales cargadas de memorias del olvido, fue casa de un precoz talento que no llegó a explotar como muchos creían.

Damián Luna es el nombre en cuestión. Jorge Burruchaga, técnico a cargo, levantó el pulgar para contratar al "Pibe maravilla", purrete volante ofensivo surgido de la cantera de San Lorenzo, de natalicio futbolístico en el año 2002. El enganche arribó con el pase en su poder y el "Rojo" desembolsó casi un millón de dólares para poder adquirir su ficha.

El hombre categoría 2005 vio con buenos ojos la posibilidad del desembarco en Avellaneda. El hecho de continuar en un grande de Argentina, recuperarse de una serie de lesiones en su rodilla -la principal la sufrió en el 2005 ante Boca- e intentar descollar como en sus inicios hicieron que firme contrato con la entidad presidida por Julio Comparada.

La cuestión es que no fue hasta casi un año después que debutó. El clausura 2007 pasó y el Apertura de aquel año le abrió las puertas. Fue en la primera fecha, en la victoria 5-3 ante Lanús, reemplazando a Daniel Montenegro a los 41 minutos del segundo tiempo.

El hecho es que jamás logró agarrar la confianza, la habilidad, ni el ritmo de juego que supo poseer anteriormente. Cuando el calor azotaba en el 2008 demostró su descontento, tras el paso de "Burru", Miguel Ángel Santoro y Pedro Troglio, y despotricó ante su falta de chances: "Pasa el tiempo y es peor para todos. Que no juegue no le conviene al club ni tampoco a mí. Me desvalorizo como jugador. No me dieron la oportunidad de demostrar si estaba bien, si estaba mal, si podía rendir o no. Y diez minutos, o 15, no los considero una chance para saber si ayudás a tu equipo. No sé si llegué a completar 90".

En un episodio confuso -debido a la posible presentación de un pasarporte trucho- el futbolista continuó su carrera en Universidad Católica de Chile, a préstamo, antes de que finalice su vínculo, luego de tres años. Sao Caetano de Brasil, Nueva Chicago, Los Andes,  Defensor Sporting de Uruguay, Inti Gas Deportes peruano y Kissamikos de Grecia, en la actualidad, lo cobijaron en su peregrinaje.

Con la camiseta del "Rey de Copas" disputó apenas 8 cotejos, no marcó ningún tanto y, hoy, le rendimos su merecido homenaje. 

martes, 10 de abril de 2018

Mercado de Pases: Sergio Batista (2016)


Ustedes porque son muy jóvenes (?) pero poco más de un año atrás, el puesto de entrenador del Club Atlético Independiente era una verdadera lotería, en donde la vacancia de dicha posición daba rienda suelta a un sinfín de nombres para ocupar la banca. Desde ídolos buscando revalidarse como entrenadores, hasta ajenos al mundo rojo que prometían devolvernos por el buen camino. ¡Si hasta decían que si pasabas por la puerta de la sede te pedían el CV!

Repasemos: Jorge Burruchaga, Lucas Pusineri, Sebastián Méndez, Paolo Montero, Pedro Monzón, Ariel Holan y Fernando Berón eran los sujetos que aparecían como candidatos a fines de 2016 de cara a reemplazar a Gabriel Milito. Rumbo a la Navidad, el puesto continuaba acéfalo y el futuro era una incógnita, ya que ninguno de los mencionados se aproximaba a concretar su arribo. Allì fue cuando empezó a rumorearse en la prensa de que un ex DT de la Selección estaba en nuestro radar. ¿Daniel Passarella acaso? ¿César Menotti venía a por revancha? ¿Alejandro Sabella retomaba la actividad? Nada de eso: El apuntado era Sergio Batista, de fugaz y magro paso por el combinado nacional (eliminado en cuartos de final en la Copa América 2011, celebrada en estas tierras).

El Checho había hechado raíces en Asia, en dodne había hecho sus migas en la liga de China y la Selección de Bahreín. Esta lejanía para con el fútbol doméstico generó una preocupación en el hincha que rápidamente se hizo ver en redes. ¿Estaba en condición el ex mediocampista de hacerse con la dirección técnica del club?


Finalmente, el propio SB desterró las posibilidades: "En este momento no puedo agarrar Independiente por problemas personales" y a posteriori agregó:  "Tengo mucha bronca por no haber podido ser el DT de Independiente pero no pude por no estar al 100%". El final de la historia es conocido.

domingo, 8 de abril de 2018

Agustín Eloy Rodríguez



El protagonista de esta historia es de un juvenil en el que entró en los momentos más difíciles de la historia, que no tuvo demasiadas oportunidades, algo tan común para quien tiene las máximas aspiraciones a debutar profesionalmente en Primera División.

Agustín Eloy Rodríguez nació en Corrientes. Su posición natural fue de centrodelantero durante su formación juvenil. En 2010, llegó a Independiente por primera vez. Con destacadas actuaciones en las categorías menores del Rojo, y en la división de Reserva, fue Miguel Brindisi quien le echó el ojo para las fechas finales del Torneo Final 2013. 

Su debut oficial fue frente a Belgrano, en el Mario Alberto Kempes, en un partido que tuvo una polémica por un penal no sancionado a Independiente tras un tiro libre. Del juego, ni hablar, ya que no se mostró nada en absoluto (teniendo en cuenta la presión y la merma en general del plantel en aquella época).

Siempre ingresó desde el banco de suplentes en los segundos tiempos, ejemplos como Estudiantes de La Plata y mismo San Lorenzo, donde ahí fue ese partido el que marcó el cataclismo de Independiente a la segunda categoría. Eloy también participó en la edición de la Copa Argentina, frente a Boca Unidos (empate 1-1 y el pase a la siguiente fase por penales) y frente a Arsenal (derrota 1-0 con arbitraje polémico), siempre ingresando desde el banco.

Tras el descenso y el proceso de re-estructuración, Brindisi no lo iba a tener en cuenta para el extenso periplo en el Nacional B. Tal es así que su carrera continuó en Boca Unidos de su Corrientes natal, prosiguió su trayectoria en Liga de Portoviejo en Ecuador, Deportes Concepción en Chile, y retornó al país para vestir los colores de Ferroviario de Corrientes y El Linqueño (de Lincoln) donde actualmente viste esos colores en el Torneo Argentino B.

Para finalizar, su carrera en Independiente fue de cinco partidos sin marcar goles y no poderse destacar como uno hubiese querido, tras la presión infernal que era vestir una camiseta llena de historia en un momento tan crítico, y doloroso.


jueves, 5 de abril de 2018

Luis Guadalupe


Los extranjeros vuelven a aparecer en nuestras páginas cibernéticas. Hombres de la talla de Freddy Grisales, Iván Vélez, Adrián Argachá o Pablo Bottero supieron ser homenajeados por este blog y, la historia de hoy, nos trae a colación otro futbolista de tierras alejadas que vino a probar suerte por nuestros pagos.

¡Ojo! No le caemos a todos los profesionales de distintas regiones. Varios de ellos supieron llegar, calzarse la roja y convertirse en ídolos de nuestra institución. Ricardo Pavoni, Percy Rojas, Albeiro Usuriaga, son algunos de estos casos, pero que no tienen cabida aquí. Contar la historia linda, rica y gloriosa de nuestro amado club no es lo que cabe en este blog.

Luis Guadalupe, hombre de natalicio en la provincia de Chincha, Perú, es el nombre de quién hablaremos hoy. Criado futbolísticamente en Universitario de su país, su porte de un metro noventa y su "habilidad" con los pies fueron algunas de las armas seductoras que conquistaron a Luis Menotti para contar con él como refuerzo de cara a la segunda mitad de 1999. Y, el central, no se quedó atrás en los elogios: "Me han hablado maravillas de él".

Dimos algunas puntas sobre los dotes que componen a este jugador, pero, mejor, dejemos que él mismo se defina, tal como lo hizo apenas llegado a nuestro suelo: "Tengo mucha potencia y garra. Me gusta ir por el carril derecho y luego pasar al ataque". Lo que rescatamos, es su honestidad sobre la satisfacción que le generó llegar al "Rey de Copas": "Vengo a Argentina a consolidar mi carrera y usarla como trampolín para jugar en Europa, como le pasó a mi compatriota Norberto Solano".

Era un semestre con varios cotejos en el haber. Sobre todo porque, Independiente, tenía en el horizonte el Apertura y la Copa Mercosur, certamen internacional que lo tenía inmerso en un grupo chivísimo junto a Corinthians, Gremio y Vélez.

La cuestión es que a nuestro personaje del día le tocó debutar en la primera fecha ante Boca, en la "Bombonera". Fue 0-3 en contra, y jugó sólo 30 minutos, ya que fue expulsado por pisar a Rodolfo Arruabarrena. "Menotti volvió a ver la jugada y observó que fue una acción casual. Me hubiera sentido mal si el pisotón hubiese sido intencional. El cartel estaba ahí y..., bueno, pasó lo que pasó", justificó sobre la acción que desencadenó en la tarjeta colorada.

La segunda oportunidad llegaría pronto. El "Rojo" debía medirse ante el Corinthians y, un triunfo, podía consolidar las chances de acceder a la siguiente fase de la Copa. Un 2-1 a favor, con un tanto suyo, hicieron que se revitalice la imagen del defensa. "Fue como una especie de revancha por lo que pasó con Boca. Fue muy duro para mí llegar y encontrarme con una expulsión. Pero en San Pablo pude marcar un gol, importante para afianzarme en el equipo".

La cuestión es que poco más duró su estadía en los entrenamientos en Alsina y Bochini. Apenas cinco escollos disputó, marcó un tanto y continuó su peregrinaje por el R K V Malinas de Bélgica. ¿En qué anda por estos tiempos? En 2016 participó del "Bailando por un sueño" en su suelo natal. 

domingo, 1 de abril de 2018

Jorge Fossati





Hoy retomaremos épocas de hace algunos años. Incluso ninguno de los que integra nuestro blog ya había nacido. Épocas en las cuales Independiente pisaba fuerte en el marco nacional e internacional, con historias que dignifican la inmensidad de nuestro club.

El Rojo siempre hizo escuela en formar arqueros. Y si no, en saber buscarlos. Con ejemplos claros podemos nombrar a Miguel Ángel Santoro, Oscar Ustari, Luis Islas, y extranjeros como Carlos Goyén, y hoy en día a Martín Campaña, ambos uruguayos.

Prosiguiendo con el desglose de goleros uruguayos, hay alguien que resonó en el último tiempo para dirigir a Independiente pero que en una época se vistió de punzó. Jorge Fossati es nuestro protagonista del día de hoy. Debutó profesionalmente en Rampla Juniors, de Uruguay, pasó a Central Español pero fue Peñarol donde realizó mayoritariamente su carrera deportiva, y donde se laureó unas cinco veces.

En 1981, fue transferido a Independiente. Allí el arquero disputó el Torneo Metropolitano de ese año, y fue titular unas 20 veces. Su debut fue en un triunfo frente a Vélez Sarsfield por 3-2.
Se mantuvo en el once inicial hasta que finalmente fue reemplazado por quien era titular con regularidad, con Carlos Goyén, su compatriota uruguayo. Finalmente, duró un semestre con el Diablo, sin posibilidad de campeonar.

Luego jugaría en Rosario Central, Mandiyú, Millonarios de Colombia, Olimpia, Green Cross, Avaí y Coritiba. Aunque su estadía fue corta en Independiente, el nombre de Fossati resonó por Avellaneda en reiteradas ocasiones para ser Director Técnico. En la primer oportunidad fue a mediados del 2010, para reemplazar a Daniel Garnero, aunque agradeció el interés, el se encontraba en Arabia Saudita.

En 2012 volvieron a llamarlo, pero su negativa otra vez apareció. Y finalmente en la época más crucial de Independiente, previo al descenso, dijo que no era el momento indicado, aunque se llenaba de orgullo que una institución tan grande lo tuviera en cuenta. ¿Lo veremos de vuelta en Avellaneda en algún futuro?