martes, 31 de octubre de 2017

¿Indulto o Condena? / Mercado de Pases: Diego Cagna



Símbolo de un brillante Independiente que culminó excelentes actuaciones en la primera mitad de los 90', Diego Cagna luce entre sus pergaminos el Clausura 1994, la Supercopa del mismo año y tanto la Supercopa como la Recopa 1995. Junto con Alfredo Cascini, Daniel Garnero, Gustavo López y Hugo Pérez compuso un mediocampo que dotó de calidad y buen pie a un intachable Rojo, bajo la tutela de Miguel Ángel Brindisi, primero, y Miguel Ángel López, luego.

Habiendo llegado al club en 1992, proveniente de Argentinos Juniors, Cagna acumuló en cuatro años la cifra de 117 partidos jugados y 13 goles convertidos. Para el 96', sin embargo, el equipo se encaminaba en una senda nula de mieles y con entrenadores ahogándose uno tras otro en el banco de suplentes. En dicho contexto, el mediocampista emigró a un equipo que se encontraba en construcción y que pronto daría que hablar: El Boca Juniors de Carlos Bianchi.

Años más tarde, más específicamente en el génesis del Apertura 1999, Cagna e Independiente volvieron a cruzar historias, en lo que fue la goleada por 3-0 para los muchachos del Virrey. El segundo gol fue ideado mediante una brillante jugada colectiva, que concluyó en los botines de DC, el cual, sereno, desparramó al arquero Norberto Scoponi y condujo el balón a la red. De cara a la parcialidad local, Cagna gritó con fuerza el gol y celebro sin tapujos con sus pares. Su pasado en la institución de Avellaneda no iba a impedir que gozara su conquista.





El paso de Cagna por Independiente está más vinculado al gran equipo que tejió brillantes actuaciones en tiempos de pizza y champagne (?), pero no trazó un vínculo fuerte con el club al punto de considerar su grito de gol una traición. Mucho más vinculado al Xeneize que a El Diablo, es por su obra en aquellos pagos el motivo por el cual es considerado un símbolo del mediocampo defensivo, amén de sus años en la Doble Visera, los cuales, como repasamos, cosecharon valiosos trofeos. 


¡Sin embargo! Una vez retirado de la actividad profesional, Cagna se convirtió en un promisorio entrenador que supo llevar al ascenso -primero- y al subcampeonato de la máxima categoría -después- al Club Atlético Tigre. Tamaña performance hizo que se lo nombrase vagamente como un candidato cuando el puesto de DT de Independiente quedaba vacante durante aquellos años.




Las chances más concretas de haber visto al ex volante comandando en el Libertadores de América fue, en efecto, en 2015 y 2016. En el primero de los casos, la renuncia de Jorge Almirón tras la caída en el clásico de Avellaneda inundó los ánimos del protagonista de este post, quien se autopostuló para el cargo: "Escuché rumores y la verdad que me encantaría. Si se da, sería importantísimo. Gané títulos, la gente me para en la calle y me recuerda todo, me pide fotos y autógrafos. Todos me tratan bien, ahí gané un torneo por primera vez, conozco el club y sé que ahora está manejado por gente seria". De yapa, se decía que su cuerpo técnico estaría integrado por Mariano Pasini, Guillermo Luli Ríos y Faryd Mondragón. Sin embargo, cabía repasar que el DT venía de casi dos años de inactividad tras un errático segundo ciclo en Tigre, más dos etapas con nada que destacar en Estudiantes de La Plata y Newell's Old Boys. 

Quien se encargo de decirle a Cagna que no tenía ni media chance desarticule esa posibilidad fue Pablo Moyano, quien de forma tajante esclareció: "Cagna no está entre los principales candidatos". Escaso tiempo después, Mauricio Pellegrino asumía como entrenador. 


Tras la renuncia de Gabriel Milito en el último respiro de 2016, el entrenador de San Martín de Tucumán volvió a ser mencionado como el sustituto. Se rumoreo que Hugo Moyano le había ofrecido el puesto, negociación obstaculizada por el deseo del Santo de retener a su DT. El hecho real fue que esta posibilidad se diseminó en meras suposiciones, siendo Ariel Holan quien se hiciera cargo del equipo. 



Y entonces, Rojos, ¿indulto o condena?

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