viernes, 20 de octubre de 2017

Martín Zapata


Estamos ante la presencia de un caso especial en este blog. No por lo rotulante del apellido en cuestión, ni por las vivencias extrañas del personaje, ni siquiera por lo ignota que pudo haber sido su estadía en Independiente. Sino porque, los escritos de hoy, nos convocan a un relato con final de novela, en donde el actor de reparto, aquel joven que parecía tener un papel poco preponderante, apareció en el último capítulo y se coronó como uno de los actores principales.

Martín Darío Zapata, hombre de natalicio en la localidad de Crespo, provincia de Entre Ríos, cumplió -como pocos aunque parezcan muchos- con el sueño de convertirse en profesional y pegar el salto a la caja parlante, analogía que mantendremos con su estadía dentro del campo de juego. Jugador que varió entre la zona medular o el costado derecho de la mitad de la cancha, mostró su versatilidad y mejor nivel en Belgrano de Córdoba, entre el 2012 y 2013, aunque su recorrido comenzó mucho antes. Ya en 1999 era parte de las filas de Unión de Santa Fe, para luego pasar por Huracán de Tres Arroyos, Mineros de Guayana venezolano, Chacarita Juniors, Instituto y All Boys antes de ponerse la del pirata.

Para mediados del 2013, el Rey de Copas se veía sumergido en la peor crisis, tanto financiera como futbolística, de su historia. El suceso fatal que todos recordamos condenaba a un equipo plagado de futbolistas de renombre, pero entrados ya en varios años y un piberío que vivió un contexto poco favorable para desarrollar sus primeras armas en la división de elite.

Miguel Ángel Brindisi, hombre designado por la junta comandada por Javier Cantero -con el aval de Julio Grondona- era el cráneo que debía hacerse cargo del negruzco año que vendría por delante, tratando de armar el mejor plantel posible para afrontar la tensa situación y devolver a la institución al lugar que corresponde.

Entre tanto nombre y nombre, la danza habitual de los mercados de pases y las novelas que siempre surgen en este período, el apellido de Zapata picó en punta y pasó a vestirse de celeste a rojo. A sus 33 años firmó el préstamo por un año que lo uniría a la entidad avellanedense. Fue el primero en llegar y su frase al cruzar el umbral que lleva a los entrenamientos en Villa Domínico fue: "Jamás dudé en venir acá por jugar en otra categoría".

El debut de nuestro dramaturgo de turno se dio en la primera fecha del torneo, aunque no de la mejor manera. Su presentación fue trunca, no sólo por la adversidad del resultado -caída 2-1 ante Brown de Adrogué de local- sino también porque salió expulsado en el primer tiempo. Sus primeras cartas no eran muy alentadoras y salió cabizbajo ante los ojos bien abiertos del "Libertadores de América".

Sin embargo"Tincho" recompuso las cosas y pasó a ser una de las piezas más utilizadas en la oncena inicial, por Brindisi y por Omar De Felipe después de su asunción. Disputó la gran mayoría de los cotejos en aquel torneo, convirtió ante su ex club Instituto y se dio el lujo de estar presente en la finalísima ante Huracán. 

Y aquí haremos un parate. En aquel recordado encuentro que nos hace llegar al Estadio Único de La Plata, envueltos en la incertidumbre y una lluvia que hacía que la gresca sea todavía más épica, todos (los hinchas) creeríamos que el "héroe de la jornada" sería un mote que podrían repartirse algunos de los experimentados caso Daniel Montenegro o Federico Insúa, sumados a la presencia del campeón Facundo Parra o el querido Motoneta Penco.

Sin embargo, el "man of the match" se lo llevaron dos hombres que quizá no aparecían en los primeros puestos de la lista si a alguno había que jugarle. Tras una gran jugada de Matías Pisano, Zapata pasó a vestirse de héroe y a llevarse los flashes transitorios por poner al equipo en ventaja, asentada por la conquista de Francisco Pizzini -juvenil de la casa- que puso el 2-0 definitivo en la finalísima y puso fin a la pesadilla.

Pese a la emoción, alegría, llanto y cualquier emoción que haga alusión a ese instante, las cosas entre el Rojo y Zapata no continuaron con buen puerto, tanto como la telenovela en la que uno de los actores logra protagonismo, pero es recordado sólo por ese pasaje y no por otras producciones en las que intervino. Después de tanto teje y maneje, sin tener una certeza de parte de la C.D ya encabezada por Hugo Moyano, el futbolista y su representante decidieron que la mejor opción era firmar un vínculo de 18 meses con Argentinos y dejar atrás el paso por estos lares.

El resumen arroja un total de 34 cotejos con nuestra casaca, dos goles, ser parte de la vuelta esperada y el protagonismo estelar que lo cobijó, al menos, por estos noventa minutos. 

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