domingo, 3 de septiembre de 2017

Carlos Fernando Navarro Montoya






Luego de climas de festejos y algarabía, y un club que empezaba a "resurgir" (o así parecía tras el campeonato del Apertura 2002), en Avellaneda para 2004 se respiraba el viejo clima de Copa Libertadores, sí, esa Copa, comparada con el amor de tu vida, una historia de ida y vuelta, reconciliación, festejo, y mucho amor.

Allí, José Omar Pastoriza, el histórico jugador y Director Técnico ganador de todo con los Diablos Rojos, tomó las riendas de Independiente a comienzos de aquel año. Habiendo hecho un análisis previo de los jugadores que iba a tener en cuenta para disputar el torneo y el certamen internacional propiamente dicho, sorprendió a propios y extraños con un refuerzo en particular, y un puesto en el que Independiente hizo escuela gracias a Pepé Santoro: el de un arquero. Aquí, repasamos la historia de este particular y muy conocido personaje del mundo de la redonda.

Carlos Fernando Navarro Montoya, alias El Mono, fue el apuntado por Pastoriza. Surgido de las inferiores de Vélez y en un gran paso consagratorio por Boca Juniors (luego vagó por clubes como Santa Fé, en Colombia y Extremadura, Mérida y Tenerife en España), el deté lo conoció tras su paso por Chacarita y lo pidió de inmediato al presidente Andrés Ducatenzeiler. Las negociaciones fueron difíciles entre el mandamás de Independiente y Luis Barrionuevo, histórico sindicalista en el país. Pero así con dificultades presentadas y todo, El Pato tuvo al golero que tanto buscaba, quien para él sería una ayuda para los inexpertos Damián Albil y Lucas Molina.

Bajo los tres palos, el ex Boca estuvo presente en el Torneo Clausura 2004, Copa Libertadores (donde El Rojo caería ante el Sao Caetano por penales en octavos de final), Torneo Apertura, y Torneo Clausura 2005. Todos, siempre como titular, no faltó a ningún solo cotejo. En total, sus números fueron de 64 partidos.

Para mediados de 2005, y con Julio César Falcioni como nuevo entrenador, una serie de diferencias entre el cancerbero y el Emperador, dio paso al alejamiento de Navarro Montoya, y crecían exponencialmente las chances para una promesa del semillero Rojo, Oscar Ustari. Sin embargo, JCF optó por traer a Bernardo Leyenda, quien sólo duró 9 presencias. CFNM siguió su carrera en Gimnasia de La Plata, Paranaense, Chicago, Olimpo, y se retiró en Tacuarembó, de Uruguay a la edad de 43 años, avanzada, o lo normal para todos los guardametas. Hasta pronto, Mono.

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