Si buscamos la definición de la palabra jerarquía, más bien cabe la siguiente: “orden de elementos de acuerdo a su valor”. Aplicándose al ambiente futbolístico, esta palabra más bien supone a un jugador que posea cualidades que lo resalten más que cualquier otro. Citamos a Lionel Messi, Cristiano Ronaldo, Robert Lewandowski, Sebastian Rozenthal (?) y miles de ejemplos existentes.
Hoy en día en Independiente, la palabra mencionada es escasa en estos tiempos. Para los hinchas del Rojo (y del fútbol en general) jerarquía a aquel jugador capaz de marcar diferencia, ganar un partido, salvar partidos (si fuese un arquero o defensor), pero en directores técnicos, ¿a quién le cabe ese mote? Guardiola, Mourinho, Klopp, Bielsa, Sabella, Menotti, Bilardo, Pastoriza, Bianchi, y otros ejemplos innumerables.
Cuando por Avellaneda el ciclo Mauricio Pellegrino -bueno en su momento pero en los partidos decisivos no dio la talla- llegaba a su fin, aparecía muchos días atrás en el radar el nombre de Jorge Sampaoli, campeón de América con la selección de Chile, y un discípulo bielsista de la primera hora.
La dirigencia de Independiente el día 10 de mayo de 2016 se acercó hacia Villa Domínico, lugar donde entrenan los players, para comunicarle al por entonces técnico, Pellegrino, que no iban a renovar el contrato. Descontento con la decisión, decidió dar un paso al costado y no dirigir los últimos dos partidos del Torneo de Transición 2016. En su lugar sonaron dos candidatos firmes, Gabriel Milito (quien finalmente sería el nuevo encargado de la dirección técnica) y Jorge Sampaoli -el Plan A en la lista-.
Para empezar, hay que remontarse hacia post campeonato de Chile. Histórico por donde se lo mire, venció a Argentina en penales y se consagró campeón por primera vez en la historia de la Copa América al mando de Jorge Sampaoli. El calvo técnico días posteriores dialogó en una radio local donde sorprendió con declaraciones que meses después serían tomadas en cuenta en los directivos. A saber: “Es una cuenta pendiente dirigir en Argentina, es un fútbol muy difícil y lindo. Hace un tiempo me llamaron de San Lorenzo y Estudiantes de La Plata. Lo más cercano fue lo de Independiente. La gente me dijo que me esperaba hasta que termine la Copa, pero yo les dije que no correspondía. Me motivaba mucho ser el entrenador que devuelva a Independiente a los primeros planos”. Lo cierto es que en su momento sólo fue algo más anecdótico y todo quedó allí.
Meses después, los hinchas del Diablo, y a sabiendas de que se buscaba contar con sus servicios, se hicieron eco de estas declaraciones. Los directivos, también. Con la ya firme decisión de no renovar a Pellegrino, la dirigencia de Independiente mantuvo diálogos telefónicos con allegados al oriundo de Casilda, no sólo para hablar de dinero, si no a comentar y mencionarles un proyecto que lo pudiera convencer y que se haga cargo una vez finalizado el torneo. En esa charla había trascendido que preguntaron por las instalaciones que posee Independiente, los jugadores que integraban la plantilla y la base en juveniles. Se dijo también que Sampaoli en un “potencial armado” habría dicho que no quería contar con dos jugadores, Jorge Ortiz y Jesús Méndez. Incomprobable.
Lo cierto es que lo que fue el halo de ilusión generado tras saber esto, se derrumbó rápidamente tras averiguar en detalles lo que hubiese cobrado Sampaoli y todo su cuerpo técnico: más de 5 millones de dólares, cifra insólita e inédita en el fútbol argentino.
Una vez finalizado el torneo, Moyano hizo oficial la contratación de Gabriel Milito como nuevo DT.
Y así amigos independientistas llegamos al final de esta historia de ilusión, optimismo y casi fútbol ofensivo que le gusta al paladar negro de la gente. Lo cierto es que el pelado ya anduvo en el Libertadores de América, donde tres futbolistas serán tenidos en cuenta para futuras convocatorias a la Selección Argentina (Franco, Tagliafico y Rigoni).
La pregunta aquí fundamental es… ¿lo veremos haciendo la caminata bielsista en el banco de suplentes en Bochini y Alsina?
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