La historia que une a los colombianos con Independiente, al menos en el último tiempo, no arroja resultados con rendimientos altos y objetivos cumplidos. Basta con abrir un amplio abanico con ofertas de casos como los de Iván Vélez, Alejandro Bottero, Jairo Castillo, Marco Pérez, entre otros, para observar que aquellos talentos provenientes de la tierra de la buena cumbia y el calor agobiante no fueron lo que se esperaba a la hora de su arribo a Villa Domínico.
Las vivencias de Freddy Indurley Grisales por estos pagos suministran un cuento más en el cual el sabor del buen café se torna mucho más amargo que lo dulce que puede provenir de la azúcar, esporádica si la tomamos como, por ejemplo, un clásico como representación de esta metáfora. Nacido en Medellín en la lejana década del '70, acarreaba consigo un currículum más que promisorio que incluía dos pasos por el fútbol argentino (entre ellos San Lorenzo), dos campeonatos locales con su natalicio Atlético Nacional y un galardón continental, con el logro de la Copa América que alzó junto a sus compañeros que defendían los colores en la selección cafetera.
Pedro Troglio, hombre habitué en varios de nuestros escritos, era el técnico cuando descubrió que a su mitad de la cancha le faltaba un volante más, con buen manejo del balón y posible asistidor, que logre compenetrar con la idea de juego y sea el socio de Montenegro. Fue entonces que el estratega posó sus ojos en el homenajeado, ya en en nuestro país, despuntando el vicio del fútbol en Colón de Santa Fe.
Luego de un arduo tira y afloje en las negociaciones entre pares santafecinos y avellanedenses, llegaron al acuerdo de una compra por el 33 por ciento de la ficha del profesional, convirtiéndose el día siete de enero en un nuevo jugador pronto para alistarse a nuestras filas. "Llego a un gran equipo", soltó con énfasis el player, quien además se mostró contento por haberse "resolvió mi situación", con ánimos de sumarse a la pretemporada en Mar del Plata cuanto antes.
El debut de nuestro amigo se dio por la segunda fecha del Clausura modelo '08, bajo el calor veraniego que cubría la noche en el Cilindro, escenario en en donde el Rojo hacía de local, con el Libertadores de América todavía en un proceso de reconstrucción. En aquella oportunidad, ante Tigre, un auspicioso 4-1 como local, con actuación estelar del colombiano, sacaban de los apuros a Peter, cortaban una racha adversa de 8 juegos sin conocer la cara de la victoria y enterraban al Matador. El equipo de aquel día: Fabián Assmann; Carlos Matheu, Leandro Gioda, Guillermo Rodríguez y Lucas Mareque; Gastón Machín, Freddy Grisales, Damián Ledesma y Matías Oyola; Daniel Montenegro y Germán Denis.
Sin embargo, y pese a la buena voluntad e intenciones del volante de querer participar con asiduidad de la onceava titular, un problema lo tenía a maltraer y no era por lo físico precisamente. Los cálculos renales le impedían poder estar en la mayoría de los compromisos, lo que llevó a una situación de desgaste para el hincha y para él mismo. “Molesta se puede complicar, como también se puede salir en el día de hoy (...) Estoy tomando mucho agua para eliminar la última piedra", manifestó en la previa de uno de los cotejos que debió ver desde afuera como ante Rosario Central.
Tras una serie de malos resultados, Troglio debió dimitir y, luego de un interinato más del bombero Pepé Santoro, Borghi agarraba los hilos del plantel y una de sus primeras medidas fue separar al Grisales del plantel por una "falta de compromiso", tras no presentarse a una práctica. "Que se queje o hable conmigo está bien, pero tiene que saber que ningún contrato dice que un jugador va a ser titular en todos los partidos. No doy explicaciones de por qué juega o no juega alguien", tiró el hombre famoso por la rabona, al mismo tiempo en que Julio Comparada -mandamás de la institución- hacía doble el café con sus dichos en La Red: "Estamos analizando la mejor salida para el jugador y para el club. Vamos a ver si podemos encontrar una solución. Si nos ponemos de acuerdo, le vamos a rescindir el contrato".
Envigado, Junior y Deportivo Pereira, el trío de instituciones de su tierra natal que lo cobijaron, materializaron suficientes parajes para decir basta y adiós al ambiente de la redonda. Su saldo en Alsina y Bochini arroja un total de 13 cotejos, ningún tanto y la desilusión de un hombre que no pudo demostrar toda su capacidad, apañado por una espuma que tapó todo su sabor.
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