Sin dudas que cuando observamos boxeo, este deporte en el cual dos personas luchan con sus puños para hacer caer al otro o, en el caso de que no pase, demostrar quién fue el más corajudo en pelear y querer llevarse la pelea, el lauro deportivo, el reconocimiento mundial. En su momento en este país, la pelea de Sergio Maravilla Martínez contra Julio César Chávez JR significó mucho en la categoría de peso (mediano), ya que Argentina disfrutó a un gran boxeador como Carlos Monzón. Todo un revuelo fantástico. Aunque también, aplicado al mundo del fútbol, podemos recordar a Diego Maradona invitando a pelear a Huevo Toresani con su famoso “te espero en Segurola y Habana”.
No señores, esto no es un post de boxeo, aunque sí contiene violencia, pero que no saltó a ningún cuadrilátero, ni hubo encuentros en distintos puntos de la bella Ciudad de Buenos Aires. Hoy recordaremos los distintos encontronazos entre Javier Cantero, ex presidente de Independiente y Pablo Álvarez, líder de la barrabrava de Independiente.
El día 18 de diciembre del 2011 se realizaron las elecciones presidenciales en Independiente. Con una asistencia récord de 11685 votantes, la gente impuso un cambio tras votar a Independiente Místico, lista que presidía Cantero, tras vencer contundentemente a Nueva Generación Roja, comandada por el ex intendente de Avellaneda, Baldomero Cacho Álvarez de Olivera. Tras el triunfo, Cantero manifestó: “Nuestro lema era: si usted vota Independiente Místico, haga de cuenta que está poniendo una escoba para barrer la mugre del club”.
Claramente, el ex mandamás hacía referencia a terminar con el tema de los barrabravas, su principal propósito en el club. El primer round, ocurrió en un partido amistoso de pretemporada llevado a cabo en Mar del Plata, donde Independiente y San Lorenzo se enfrentaron para dar comienzo al Torneo de Verano. Con poco tiempo transcurrido en su presidencia, apareció una bandera colgada en la tribuna del Minella que decía: “CD (comisión directiva) = mercenarios. No somos nosotros”. La tensa calma que reinaba en Independiente se disparó con el alejamiento de Ramón Díaz como técnico de la institución debido a los malos resultados obtenidos durante el Clausura 2012, para dar paso a Cristian Díaz, de las peores campañas futbolísticas del club.
El segundo capítulo de esta saga ocurrió el 3 de mayo de 2012, donde alrededor de 30 barrabravas irrumpieron en el despacho presidencial de la Sede del Club en Mitre 470. Allí se produjo un encuentro que Cantero detalló: “Entraron y cerraron la puerta desde adentro. No hubo golpes ni agresiones. Fue una charla a solas y poco romántica. Fue lo de siempre: pidieron entradas, micros, banderas... Les dije que no quería atenderlos, pero coparon la oficina. Después vino la policía y todo se terminó bastante rápido”. Ocho días después se realizó una marcha de los socios genuinos para manifestar y acompañar a Cantero en su lucha contra los barras. Incluso, contaban con el apoyo incondicional de Milito, símbolo y capitán de la institución.
Las redes sociales jugaron un papel protagonista, ya que vía Facebook, Álvarez constantemente hacía amenazas hacia los directivos en aquel momento de la institución, lo cual terminaron desencadenando en la renuncia de Claudio Keblaitis, vicepresidente por aquel entonces, aunque Cantero lo convenció y sólo se licenció por tiempo indeterminado. Los barras de a poco comenzaban a ganar terreno.
El tercer episodio, y quizá uno de los más significativos en esta batalla, dio lugar una vez más en la Sede Social de Mitre, el día 16 de junio de 2012, donde la barrabrava esperaba en la calle al Presidente una vez terminada sus funciones del día. Con mucha tensión, durante un móvil periodístico Álvarez irrumpió a Cantero a los gritos de “Cantero: Mentiroso, mentiroso” y la respuesta fue un: “Ladrón, te robaste 42 mil dólares en septiembre, 32 mil en octubre, deciles cuanto te llevabas a esa gente”. Polémico. Y todo grabado por televisión.
El poder barrabrava era cada vez más presente en Independiente, a tal punto que en un partido del Torneo Inicial 2012 y frente a Belgrano, un integrante de la barra comandada por Álvarez (aunque para el público, él renunció), llamado Richard Pavón, arrojó un proyectil que le pegó a Olave, arquero en esos momentos del Pirata, y el partido por motivos lógicos fue suspendido. Allí quedó demostrado el poco accionar de la seguridad del club, a cargo de Florencia Arietto, hoy dirigente massista. Meses después, a comienzos del 2013, presentó la renuncia por “diferencias” con Cantero.
Durante el Torneo Final 2013, certamen que decretó la peor pesadilla del Club, se preveía lo peor, aunque el descenso fue tomado para los hinchas de Independiente con suma “tranquilidad” y sin hechos de violencia que hayan sido para destacar. Aunque días después consumado la catástrofe, en la Asamblea Ordinaria Social que se realiza año a año por estatuto, allí hubo hechos significativos de violencia, donde a poco de comenzar, nuevamente barrabravas hicieron notar su presencia arrojando sillazos contra toda la Comisión Directiva, en un escándalo que también fue televisado. Insólito por donde se lo mire.
Consumado, acorralado por su pésima política deportiva y con la oposición con todas las firmas pertinentes requeridas estatutariamente para adelantar las elecciones, Cantero aguantó hasta donde pudo, aunque comenzado el año 2014, con el equipo en la duda si ascendía o no, ocurrió un hecho lamentable en los predios de Wilde que posee la institución, donde quemaron quinchos y asesinaron perros. Un hecho totalmente tristísimo.
La oposición, en su afán de querer ayudar económicamente al Club (comandada precisamente por el presidente posterior, Hugo Moyano), esperaba la rúbrica del acuerdo económico, aunque las presiones y el equipo con un andar irregular en el Nacional B, terminó con el mandato de Javier Cantero, que vencía en diciembre de ese año. Su nivel de aprobación era nulo entre los hinchas. Amén de su lucha contra los violentos -tendiente de momentos más al o mediático que a lo real-, los resultados en la cancha que su administración cosechó fueron los peores de la historia.
El ex presidente, entonces, poco a poco fue quedándose solo, los dirigentes del fútbol argentino quien en principio manifestaron el apoyo contra la violencia en el fútbol lentamente le fueron soltando la mano, e incluso los propios dirigentes, ya que sufrió la renuncia de 16 de ellos. Lamentablemente, este mal que aqueja al fútbol argentino siempre quedará impune hasta que realmente tanto la política nacional tome cartas en el asunto. Algo verdaderamente difícil.
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