viernes, 7 de julio de 2017

Leguizamón embarga a Independiente (2014)

En Independiente Inédito tratamos de caracterizarnos por contar historias que sucumban en el carácter principal que enmarca el rótulo bajo el cual nos acobijamos. Situaciones raras, jugadores ignotos en su paso por Avellaneda, campañas magras o algún que otro tópico de esta índole aparecen en nuestras líneas. Poco nos llamó la atención hasta aquí. Quizá algún asombro o suspiro por reencontrarnos con la vida futbolera de algún que otro profesional en la memoria del olvido o escazas situaciones llamativas colmaban nuestra atención, al menos hasta ahora.

Luciano Leguizamón encuadra un cúmulo de acciones dignas de contar en nuestras líneas. Llegado a la institución como la “figurita del campeonato” tras consagrarse con Arsenal de Sarandí, arribó para sumarse a lo que disponía Américo Gallego como estratega, buscando encarrillar un tren que tenía un destino devastador.

Lo raro aquí no será destacar su proveniencia como agente libre; o sus dotes como delantero; su poca eficacia; sus lesiones o el entredicho que mantuvo con la barra brava del club en Domínico en el lejano 2013. Todo lo que nos convoca a esta historia tiene su génesis en su salida de los lares Rojos, el cual él mismo se encargó de hacer un mea culpa y sentenciar: “Yo no pude demostrarles lo que era como jugador", al mismo tiempo en que bancó, a su juicio de valor, injustas críticas de parte de la falange: “Me ensuciaron, los que dijeron que estaba de joda y hasta que fui al casino".

Mientras el mediapunta ex C.A.I descansaba en las filas del Everton chileno, noticias desalentadoras llegaban provenientes del país trasandino. Los hinchas rojos, nos desayunamos la mañana del 24 de marzo del 2014 con una situación insólita y difícil de entender. Un nuevo embargo había llegado, cosa que no era noticia, dado el momento histórico transcurrido hasta ese momento. Lo digno de subrayar, es que el pedido que arribó a la sede de Avenida Mitre 470 tenía otro objetivo además del económico: las copas.

Sí, Leguizamón hizo el pedido por los 16 títulos internacionales que descansan en las vitrinas de la sede social ubicada en el corazón de Avellaneda. Javier Cantero, mandamás en esos tiempos, tocó el tema ante las agobiantes cámaras de los medios de comunicación y sentenció: “"No pueden embargar al club porque hay un fideicomiso. Matías De Federico quiso hacerlo y no pudo. Por eso, el abogado de Leguizamón (Ricardo Frega Navia) sale a los medios para hablar y extorsionar. Además, las Copas sólo tienen un valor simbólico".

Por su parte, quien cuida del bienestar patrimonial del jugador, cruzó a J.C y volvió a la carga con más: “"Mi defendido colaboró pidiendo que se le pagara sólo su año de trabajo y no todo el contrato, que fue de tres temporadas. Él no quiere lastimar la imagen del club, lo único que quiere es cobrar”.

La deuda original con el player era de 2.396.000 pesos –sumados dentro de la misma costos por $600.000- que en esos momentos eran imposibles de solventar. El caso “copero” surge por una extensión desmedida (?) de tiempo en el juicio laboral, lo que llevó a que los bienes más preciados de los tiempos sean solicitados para saldar lo adeudado.

Largos meses debieron pasar para encontrar una salida digna ante semejante escollo. El 9 de septiembre –seis meses después del punto de partida de todo este maremoto económico- el diario Clarín en su versión digital titula: “Arreglaron con Leguizamón y las copas están a salvo”.

Con Hugo Moyano como conductor de los destinos políticos, futbolísticos y económicos de la entidad, se llevó a cabo el acuerdo, con la palabra de Héctor Maldonado –Secretario General- que llevó paz y armonía, al sentenciar que las formas estarían acordadas y que seis cuotas de 250.000 pesos serán suficientes para calmar las aguas. El Diablo saldó todo en un total de 1.500.000 pesos, cifra bastante menor que la exigida en un primer momento.


A modo de resumen: la estadía por el predio lindante al acceso sudeste del hombre oriundo del Concepción del Uruguay, dejó como saldo un total de 16 escollos con nuestra divisa, un tanto convertido y un embargo que quedará para la posteridad en la memoria colectiva de los hinchas y en los escritos de este blog. 

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