domingo, 18 de junio de 2017

Matías Villavicencio



Para todos aquellos deportistas es muy importante que en su actividad física también se acompañe por una dieta balanceada que incorpore pescados, verduras, carnes, agua, y nada de bebidas o alimentos que suponen excesivas calorías y posterior aumento de peso. Puntualizando en el agua, y sin hacer publicidad (?), nada mejor que tomar Villavicencio, una bien pura de la provincia de Mendoza. Pero este post no está referido ni tiene canjes con aquella empresa si no que hablaremos de Matías Villavicencio, un defensor purista como su apellido que refrescó (?) con sus participaciones desde aquel sector.

Nacido el 18 de septiembre de 1981 en Berazategui, el defensa hizo sus primeros pasos en el fútbol con la camiseta de nuestro Independiente. Central devenido en lateral por derecha, de características aguerridas, debutó en Primera División en el año 2001, precisamente en el Apertura de dicho año, donde jugó dos encuentros. Sin ninguna duda, su punto más importante en su carrera futbolística se dio en el año 2002, donde fue parte del plantel campeón del Torneo Apertura de ese año.

En aquella competición, nuestro protagonista tuvo escasas participaciones. A saber: ingresó en el complemento frente a Racing, en un partido el cual el Rojo venció a su eterno rival por 4-1, visitando al otro conjunto de Avellaneda que hizo de local en River Plate. Posterior a ese cotejo, fue titular frente a Newell’s donde Independiente igualó en un tanto con gol de Federico Domínguez. Por demás, fue partícipe de la tremenda goleada frente a Colón también en la Doble Visera, por un contundente 7 a 1.

Sin embargo, para el técnico Américo Gallego, él no era un titular habitual, más bien un suplente sometido a escaso rodaje. Su última participación fue entonces como titular ante Banfield por la fecha 17, donde fue caída por 2 a 1. Luego llegaría el final más deseado con la coronación de los Diablos tras ocho años de sequía en el plano nacional: Frente a San Lorenzo, en el Nuevo Gasómetro, por una goleada 3-0 para terminar la malaria. Fiesta.

En cuanto a Villavicencio, tras el éxito independientista, y con la fuga de muchos titulares que habían dado la vuelta olímpica, pareció ser el éxito garantizado de una continuidad regular. No sucedió y tan solo jugó cinco partidos en todo el año 2003, sin pena ni gloria.

Siguió su carrera en Huracán, luego en Olimpo de Bahía Blanca, ambos equipos de Tucumán (San Martín y Atlético), Ferro, Central Norte, Deportivo Morón, un exótico paso por el actual club de Carlos Tévez, el Shanghai Shenhua -donde ni siquiera jugó un partido-, Gimnasia de Mendoza, y finalmente donde nuestros registros actuales marcan que fichó en el año 2016 para jugar el Federal A con Gimnasia y Tiro de Salta. Todo un trotamundos del fútbol argento.

Su saldo en Independiente fue de 29 partidos y ningún gol a favor, muchas suplencias y una continuidad poco deseada para el futbolista, siendo su estadía en El Rojo insulsa y sin hitos. Más claro, echale agua.



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