martes, 1 de agosto de 2017
Piedra en el Zapato: Santiago Silva
Ay, queridos diablos. Es difícil redactar estas líneas sin sentirse vulnerado por quien, con su potente y rabiosa pegada, vacunó en diversas ocasiones a nuestro equipo. Entre 2005 y 2016, Santiago El Tanque Silva se estableció en equipos de diverso orden en la máxima división de nuestro país. Solo interrumpida por fugaces pasos por el Central Español de su Uruguay natal y la Fiorentina de Italia, durante la más de una década que duró su estadía en la Argentina, Silva vistió las casacas de Newell's, Gimnasia y Esgrima La Plata, Vélez Sarsfield, Banfield, Boca Juniors, Lanús y Arsenal. Tanto en el José Amalfitani como en el Florencio Sola transitó en dos etapas diferentes.
¿Y qué lo trae a Independiente Inédito entonces? Su predilección por mojar frente a El Diablo. Nueve goles fueron los que este atacante le marcó a nuestro conjunto, casi uno por año en que estuvo en estos pagos. Enfrentar a Silva era sinónimo de reconocer, a regañadientes, que el peligro del gol rival estaba al acecho. Rapado a cero, de mirada furiosa, rostro de piedra y venas del cuello hinchadas, parecía un matón sediento de sangre cada vez que pisaba el área roja. Bueno, me calmo un toque (?).
Todo comenzó en el Clausura 2007, cuando con la casaca de El Lobo, el uruguayo marcó el primer gol de lo que sería una goleada por 4 a 1 propinada a Independiente. El próximo recuerdo nos arroja a fin del 2009, cuando se cayó en el Libertadores de América ante Banfield por 2 a 1, quedando El Rojo prácticamente sin chances de título y a El Taladro a tiro del campeonato. Silva marcó el segundo en aquella calurosa velada. Meses más tarde, repetiría su tanto pero ahora vistiendo la casaca de Vélez.
En el transcurso del nefasto Torneo Final 2013, Silva -ahora en Boca- se encargó de repetir su acto mediante una palomita que sorprendió al guardavalla Diego Rodríguez, en lo que fue un empate a uno con sabor a nada para Independiente: La lucha por no descender estaba ardiendo.
Hoy, Santiago Silva se encuentra despuntando el vicio en el fútbol chileno. Extraña conclusión habría sido para este post de haberse concretado su llegada al mismísimo Club Atlético Independiente cuando Ramón Díaz pidió expresamente su contratación allá por fines del 2011. La inexistencia de aquel hecho concretado hace que este delantero sea, para nosotros, no más que una piedra en el zapato.
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