domingo, 6 de agosto de 2017

Germán Montoya





Tras el declive que fue descender, y en un año volver al lugar que nunca debió irse Independiente, la institución avellanedense decidió reforzarse para lo que sería su regreso en la máxima categoría del fútbol argentino.


Con las llegadas de Juan Martín Lucero, Claudio Riaño y Jesús Méndez, El Rojo se abocó a incorporar un jugador en el puesto menos pensado para la historia independientista: un arquero.
Sí, aquel puesto que, post retiro de Pepé Santoro, éste último dedicó a componer formando arqueros con condiciones. De su escuela podemos nombrar a los tristemente fallecidos Lucas y Emiliano Molina, Oscar Ustari, Daniel Mielnichuk, Fabián Assmann, Adrián Gabbarini, por citar ejemplos recientes. Germán Montoya rompió esos estándares al no ser un jugador que salió de la cantera juvenil.


Llegó libre, procedente de Colón de Santa Fe, pero en sus pergaminos figuran su debut absoluto en Belgrano de Córdoba, y previamente a su llegada al Sabalero, fue en Vélez Sarsfield donde se destacó como un gran golero, donde disputó 121 partidos y obtuvo 3 títulos nacionales. Nada mal.
Característico de un gran porte físico, sin tanto juego con los pies, pero rápido y seguro en el mano a mano, el oriundo de la provincia de Córdoba con una trayectoria que lo avalaba, podía ser un buen recambio pese al -en aquel entonces- buen momento de Diego Ruso Rodríguez, donde en el Nacional B tuvo buenas actuaciones que aseguraron su titularidad.


Jorge Almirón, flamante técnico que reemplazó a Omar De Felippe, nunca lo tuvo en consideración. Claro está, fue suplente durante el Torneo de Transición 2014 en todos sus partidos. Recién tuvo que esperar hasta el entrante año, en un partido correspondiente a la Copa Argentina frente a un rival que en los papeles era ultra accesible: Alianza de Coronel Moldes, que por entonces militaba en el Torneo Federal B.

El 26 de abril de 2015, y en el Mario Alberto Kempes, salieron a enfrentarse en un duelo inédito con Montoya en la alineación titular. Contra todo pronóstico, lejos de ser un trámite, fue un sufrimiento para Independiente doblegar al equipo cordobés: A los minutos de comenzado el juego, abrió la cuenta Juan Reynoso para Moldes. Y tras un sinfín de intentos fallidos de parte del Rojo, Christian Ortiz a los 41 minutos del complemento empató, enviando al duelo hacia los penales. En esa instancia, y gracias a una fantástica atajada de GM -sumada a la ineficacia de los pateadores de Alianza- Independiente, bajo un diluvio de silbidos por parte de la gente que fue a alentar, avanzó hacia los dieciseisavos de final de dicho certamen. Y para Montoya fue su primera y única vez en el arco de El Diablo.


Con la llegada de Mauricio Pellegrino, quizá el panorama para el cancerbero podía aclararse y disputar más minutos. Nah, ni ahí (?). Continuó su contrato con el Rojo, hasta finalizarlo en diciembre del año 2015. Atlético Rafaela y la vuelta a Belgrano de Córdoba fueron sus siguientes destinos.

Así finalizamos la historia de Germán Montoya, un guardameta destacado que no tuvo los minutos correspondientes para poder demostrar su categoría en un arco tan gigante como el de Independiente, donde incluso, fue pedido muchas veces por la gente, debido a las pésimas actuaciones que realizó Diego Ruso Rodríguez. Una verdadera lástima. Abrazo, Ger (?).

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