¡Qué difícil que es medir el tiempo, che! Cuanto cuesta mirar por el espejo retrovisor del auto llamado vida e identificar la madeja de vivencias que rodeaban a uno momentos atrás. Fotografías instantáneas en donde somos protagonistas, pero sólo eso nada más, dada la vorágine en la que vivimos, envueltos en un frenetismo constante para llegar vaya saber uno a dónde, vivir con prisas y ser espectadores de lujo de un camino que trasciende y no tomamos consideración de las cosas.
Retrocedamos un poco en el tiempo, diez años atrás para ser exactos. Una década en donde pasó de todo, más cuando de lo que hablamos atañe a Independiente, el club de nuestros amores. A nivel país, Néstor Kirchner despuntaba sus últimos instantes como Presidente de la Nación, antes de dar paso a al primer mandato de su esposa, Cristina Fernández; el dólar, atrapado en un vaivén que lo hacía subir y descender en décimas su cotización redonda de tres pesos. A escala local, lo que nos compete en estos escritos, Pedro Troglio llegaba como director técnico en busca de pelar campeonatos y volver a las primeras posiciones luego de la corona obtenida en el 2002. En Chile, más precisamente en diciembre, Colo Colo se convierte en la primer escuadra en obtener el tetracampeonato local. En México, en ese mismo período temporal, minuciosamente en Monterrey -ciudad que nos interesará conforme corra el relato- culminaba el Fórum Universal de las Culturas.
Pero, ¿Qué tiene que ver lo que sucedía en el país trasandino y el de bandera tricolor con lo que pasaba en los entrenamientos en Villa Domínico? Aquí es en donde los tres puntos geográficos se unen y obtienen su personificación. Futbolista, delantero, temerario de las áreas, Humberto Suazo será el nexo que unifique esta historia, y esto es porque el centrofoward estuvo a nada de vestir la divisa punzó con la temporada '08 aún gestándose.
Como mencionamos anteriormente, Peter se calzó el buzo de entrenador y empezó a agitar el mercado de pases en pos de buscar un equipo competitivo para el clausura venidero. Freddy "totono" Grisales ya estaba al caer y el cráneo entendió que hacía falta un nueve de jerarquía que potencie al equipo y cumpla con la cuota goleadora que todo hombre de área debe tener. Ahí fue que, entremezclando ideas provenientes de su materia gris, adornada con una cabellera de bastos rulos, pensó en que el chileno sería más que apto para el puesto a cubrir.
Las negociaciones, claro, las llevó adelante Julio Comparada, mandamás rojo en aquel entonces. Fernando Felicevich, representante del futbolista, hizo sus primeras apariciones ante los medios en las vísperas del año nuevo, con buen augurio sobre la posible transacción y dejando un mensaje alentador: "Está muy avanzado el tema para que Humberto pueda ir, estuvimos toda la semana negociando en Monterrey".
Pero, como sucede últimamente en los mercados rojos, el tira y afloje económico fue una verdadera piedra en el zapato. La operación era cuatripartita. Los Rayados de un lado, el jugador, los de Avellaneda y Colo-Colo -nuevo cruce en la historia- que se metía en la conversación buscando un resarcimiento económico de 1.600.000 dólares. Esto se debe a que el elenco colocoleño tenía en su poder un documento, que lo avalaba para recibir un porcentaje de toda aquella transacción que se realice con Chupete. "El cien por ciento de los derechos federativos son de Monterrey. Lo que pasa es que tenemos un pagaré firmado por cierto valor, que vence el 30 de enero de 2008", aclaró el presidente de Rayados, Jorge Urdiales. Todo se volvía trunco, debido a que no sólo había que desembolsar más de un palo y medio verde, sino también, satisfacer una suculenta suma de cinco millones en moneda gringa para el elenco mexicano.
Una vuelta de uterca hacía cambiar de manera veloz el escenario. Casi en las festividades del primero de enero, buenas noticias arribaban a Avenida Mitre 470. "Suazo mete presión para jugar en Independiente", se animaban a titular algunos medios, alegando a que el futbolista abandonó un partido amistoso de su club y se entrenaba de manera diferenciada. Sumado a esto, el presi del elenco blanquiazul tiraba una bomba que hacía que Troglio empiece a frotar las manos: "En los próximos dos días se va a formalizar el acuerdo, pero ya se aceptaron todas las condiciones".
La cuestión es que el avión del hombre nacido en Valparaíso nunca llegó a nuestro país, o al menos no con él arriba. El verano de enero azotaba en Buenos Aires y las conversaciones pasaron de calientes a frías en un santiamén. El posible acuerdo se vio cancelado por un vencimiento en los tiempos de negociación, tal como señaló Urdiales: “Habíamos establecido plazos y éstos ya se dieron, y no tenemos una oferta por Suazo. Intentaron revivir el tema, pero había que esperar a ver algunos de sus temas financieros. No tenemos una oferta que nos satisfaga y confirmamos que Humberto es jugador del Monterrey".
Por su parte, Troglio, un tanto con bronca, otro tanto por levantar la moral de su plantel, restó importancia al estanque definitivo de la posibilidad de compra del futbolista y argumentó: "No me preocupa que no hayan llegado los refuerzos. Lo importante es que el plantel sigue intacto. No se fue ninguno, y eso es bueno. Si no es él, buscaremos alguien de jerarquía y si no, nos quedaremos con los chicos de inferiores. Vamos a traer jugadores para jugar, no para amontonar", cargó el deté, que entendió que el pelado vestiría solamente una casaca roja y no sería, justamente, la nuestra.
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