miércoles, 23 de mayo de 2018

Sebastián Pena


Hay dos tipos de Sebastián Tomatito Pena para los seguidores del fútbol argentino. Para quienes nacimos en los 90', es un jugador que simbolizamos con Chacarita Juniors, pero que recorrió otras instituciones cuyo objetivo era la permanencia (en caso de ser de Primera) o alcanzar el ascenso (si el territorio era la B Nacional).

Sin embargo, nuestros padres han de reprendernos, diciendo que este defensa es en realidad un hijo del semillero de Argentinos Juniors, que luego probó suerte en River Plate, posteriormente en nuestro Independiente y más adelante deambularía por clubes de un peso menor a los dos anteriormente mencionados. Que incluso Pena supo jugar en la selección Sub-20, y fue considerado una promesa del fútbol argentino de los tempranos noventas.

Lo cierto es que posterior a una temporada de escaso rodaje en Núñez, este jugador se aproximó a El Rojo buscando mejor suerte. Corría el invierno del año 1997 cuando él se puso a las órdenes del entrenador Ricardo Gareca, bajo una gestión que, sin embargo, duraría poco. Sería bajo la órbita de César Luís Menotti que nuestro homenajeado cobraría protagonismo. Aunque esto no significa algo necesariamente positivo. Ya verán porqué.

Resulta que los métodos de El Flaco colisionaron con la estabilidad de SP. El técnico le manifestó al jugador que debía mejorar su forma si quería minutos en cancha, lo cual derivó en un fastidio por parte de Pena. ¿Resultado? Una guerra fría durante 1998, lo cual empañó las chances del defensa en el primer equipo. La relación entre el dirigido y el entrenador se hacia más distante mes tras mes.

Sería recién en el verano del último año del siglo XXI cuando el ex Bicho desenvolvería su mea culpa: "Todo lo que ocurrió fue culpa mía" dijo, sincerándose en un mano a mano con Olé. "Menotti comparó la forma en la que me entrenaba a como lo hago ahora. Por esas cosas él me ignoraba. Él no quiere tener chiquilines, quiere hombres, y yo ya no soy más el chico de la juvenil. Antes yo me ponía fastidioso porque no jugaba y hacía cosas estúpidas."

Asumir culpas es algo digno de admirar en este episodio de tensión entre Pena y Menotti, pero no sería suficiente para que su figura permaneciese por más tiempo en la Doble Visera. La bomba estallaría en el génesis del Apertura 99', cuando Independiente hilvanó una racha adversa en sus primeras tres presentaciones: 0-3 ante Boca Juniors, 1-2 ante Lanús y 2-2 ante Argentinos Juniors. Un Menotti de pocas pulgas metió mano en el equipo y quitó a Pena, sin que esto le de pena (?) por bajo rendimiento. El defensa pondría palabras a la sitacuón: "Me borró a mí y además a Scoponi" dijo enfurecido, saliendo de un entrenamiento de máxima tensión en Villa Domínico.

¿Resultado final? Mientras el Y2K prometía arruinar al mundo como era concebido de cara al año 2000, Pena dejó Independiente tras tres años, con la cifra de 60 partidos y 4 goles.

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