domingo, 20 de mayo de 2018

Edgardo Bauza




En estos días el mundo futbolístico, sobre todo en Argentina, surgió una noticia de renombre importante. Edgardo Bauza vuelve a dirigir en el país, ahora, en su queridísimo Rosario Central. El Patón, un histórico del club rosarino, donde fue campeón, es uno de los máximos defensores goleadores del fútbol a nivel mundial y el máximo en nuestras tierras.

Su estilo de fútbol, pragmático, con más características defensivas que ofensivas, ha sido de gran renombre en Sudamérica cuando fue Director Técnico de Liga de Quito, donde logró dos títulos locales, una Copa Libertadores (la única de aquella institución) y una Recopa Sudamericana. Su trayectoria como entrenador en Argentina también dio sus frutos cuando coronó por primera vez a San Lorenzo como campeón de la Libertadores. Nada mal.

Sin embargo, el nacido en Santa Fe tuvo un brevísimo paso como jugador de Independiente por la década de los 80'. Precisamente fue en 1986 cuando arribó a Independiente, proviniente del fútbol colombiano.
Fue allí quien José Omar Pastoriza le pegó un llamado para arribar a un equipo que hacía poco más de un año era Campeón Mundial frente al Liverpool en Japón. Su llegada se hizo tardía y probablemente esta es la razón por la que disputó pocos encuentros (un total de siete, marcando un gol, en su debut frente a Argentinos Juniors en cancha de Ferro), sin lograr una buena pretemporada para que esté a pleno físicamente. Independiente culminaría aquel torneo en el noveno puesto.

Finalmente, Bauza regresó a Central a mediados de 1986 (quien ascendió a Primera División) donde fue un baluarte fundamental y se coronó campeón del fútbol argentino. Permaneció allí hasta 1990, donde emigró al fútbol mexicano, precisamente en Veracruz. Volvió para retirarse en Central en el año 1992, poniéndole punto final a una gran carrera como futbolista.

A fines de 2017, también se lo volvió a vincular a Independiente, esta vez para dirigirlo, cuando Ariel Holan amagó a irse del cargo, que finalmente, no prosperó esa idea, y se mantuvo expectante a lo que pudiera suceder.


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