domingo, 29 de abril de 2018

Nicolás Mazzola


En un universo alternativo, Nicolás Mazzola fue un delantero que a fuerza de goles se afianzó en la primera del Club Atlético Independiente, exasperando el deseo a por adquirir su pase de diferentes entidades europeas, destacándose la del West Ham, conjunto británico que adquirió su ficha en base a las regalías que los pases de Javier Mascherano y Carlos Tévez. La prosperidad sería, entonces, moneda corriente.

Sin embargo, ese sitio lateral a la existencia no tiene lugar en nuestro mundo de significados. En esta realidad, Mazzola hizo sus primeras armas como futbolista profesional en El Rojo, siendo testeado a fines del 2007 por el DT en aquel entonces, Pedro Troglio. Escaso tiempo después, se sumaría a la pretemporada con la primera plantilla, aunque la suma de minutos en campo de juego le sería esquiva. Aún en este contexto, se rumoreaba que el mencionado equipo inglés estaba tras sus pasos. Esto quedaría como meras especulaciones.

Peter finalmente se iría, Miguel Ángel Santoro haría las de bombero y DT oficial y, a fin de cuentas, Américo Gallego asumiría el mando, relegando a NM a un segundo plano. Entre 2008 y 2011, el muchacho de sensacional peinado acumularía tan solo cinco partidos sin goles.

En un universo alternativo, quizá yo sea redactor de un importante periódico en Washington. O estaría preparándome para cubrir el Mundial. Pero por algún motivo, si es que esto tiene algún sentido, estoy aquí, en mi habitación, escribiendo sobre la suerte de Mazzola. Que -valga la redundancia- efectivamente tuvo suerte, ya que al poco tiempo encontró su lugar en Gimnasia y Esgrima La Plata, donde se reencontró con el propio Troglio. Hoy es habitué del O'Higgins de Chile. Va un abrazo para él.

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