jueves, 5 de abril de 2018

Luis Guadalupe


Los extranjeros vuelven a aparecer en nuestras páginas cibernéticas. Hombres de la talla de Freddy Grisales, Iván Vélez, Adrián Argachá o Pablo Bottero supieron ser homenajeados por este blog y, la historia de hoy, nos trae a colación otro futbolista de tierras alejadas que vino a probar suerte por nuestros pagos.

¡Ojo! No le caemos a todos los profesionales de distintas regiones. Varios de ellos supieron llegar, calzarse la roja y convertirse en ídolos de nuestra institución. Ricardo Pavoni, Percy Rojas, Albeiro Usuriaga, son algunos de estos casos, pero que no tienen cabida aquí. Contar la historia linda, rica y gloriosa de nuestro amado club no es lo que cabe en este blog.

Luis Guadalupe, hombre de natalicio en la provincia de Chincha, Perú, es el nombre de quién hablaremos hoy. Criado futbolísticamente en Universitario de su país, su porte de un metro noventa y su "habilidad" con los pies fueron algunas de las armas seductoras que conquistaron a Luis Menotti para contar con él como refuerzo de cara a la segunda mitad de 1999. Y, el central, no se quedó atrás en los elogios: "Me han hablado maravillas de él".

Dimos algunas puntas sobre los dotes que componen a este jugador, pero, mejor, dejemos que él mismo se defina, tal como lo hizo apenas llegado a nuestro suelo: "Tengo mucha potencia y garra. Me gusta ir por el carril derecho y luego pasar al ataque". Lo que rescatamos, es su honestidad sobre la satisfacción que le generó llegar al "Rey de Copas": "Vengo a Argentina a consolidar mi carrera y usarla como trampolín para jugar en Europa, como le pasó a mi compatriota Norberto Solano".

Era un semestre con varios cotejos en el haber. Sobre todo porque, Independiente, tenía en el horizonte el Apertura y la Copa Mercosur, certamen internacional que lo tenía inmerso en un grupo chivísimo junto a Corinthians, Gremio y Vélez.

La cuestión es que a nuestro personaje del día le tocó debutar en la primera fecha ante Boca, en la "Bombonera". Fue 0-3 en contra, y jugó sólo 30 minutos, ya que fue expulsado por pisar a Rodolfo Arruabarrena. "Menotti volvió a ver la jugada y observó que fue una acción casual. Me hubiera sentido mal si el pisotón hubiese sido intencional. El cartel estaba ahí y..., bueno, pasó lo que pasó", justificó sobre la acción que desencadenó en la tarjeta colorada.

La segunda oportunidad llegaría pronto. El "Rojo" debía medirse ante el Corinthians y, un triunfo, podía consolidar las chances de acceder a la siguiente fase de la Copa. Un 2-1 a favor, con un tanto suyo, hicieron que se revitalice la imagen del defensa. "Fue como una especie de revancha por lo que pasó con Boca. Fue muy duro para mí llegar y encontrarme con una expulsión. Pero en San Pablo pude marcar un gol, importante para afianzarme en el equipo".

La cuestión es que poco más duró su estadía en los entrenamientos en Alsina y Bochini. Apenas cinco escollos disputó, marcó un tanto y continuó su peregrinaje por el R K V Malinas de Bélgica. ¿En qué anda por estos tiempos? En 2016 participó del "Bailando por un sueño" en su suelo natal. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario