“Querer
lo que no se tiene y esperar lo que no viene…”,
lírica extraída de la música reggae para comenzar con el post del día. Y sí.
Ese pequeño fragmento, extraído del sencillo“si no somos felices”, compuesto desde las entrañas de la musa representante de la religión rastafari, compuesta por la banda Kameleba, define
a la perfección lo que sucedió durante el verano del 2013 para todos los rojos,
que aguardaron por lo que no llegó y desearon un “café” prohibido.
Una guerra de
interlocutores estalló desde lo más profundo de avenida Mitre 470. Mientras Javier
Cantero aún llegaba a posarse en el sillón Presidencial, contactos entre
Argentina e Italia sucedían, pero con más de una sola voz. Difícil sería encontrar
un mercado de pases en donde todos los protagonistas decidan hablar en los
medios tal como sucedió aquí, pero en esta oportunidad todos solicitaron alzar
su timbre, embadurnar una negociación y condimentar una transacción hasta su fin.
Todo comenzó en diciembre
del 2012. Mientras las altas temperaturas apenas asomaban en el vivir
avellanedense, Dorlan Pabón ya se
instalaba en la agenda mediática como posible refuerzo para un equipo urgido de
puntos y con necesidades imperiosas en la cuota goleadora. Colombiano, de escasos 24 abriles –en ese entonces- despuntaba su primera experiencia en el
viejo continente, con 66 goles en su haber y convocatorias con el seleccionado
mayor en el lomo. Esta conjunción de condimentos, llevaron a que Américo Gallego
deposite su atención en el oriundo de Medellín y puje para su arribo.
Los primeros contactos
escasearon de formalismo. Mientras los periodistas partidarios y de grandes cadenas sostenían charlas entre unos y otros, "Memín" –apodo del
homenajeado- prestaba sus servicios futboleros en el Parma tano, a la
espera de un llamado que aún no resonaba con su posible rington y tirando leña
al fuego para avivar una novela que tendría larga duración. “Para mí sería un orgullo jugar
allí (…) Soy consciente de que el equipo está en una zona complicada, pero
también sé que tiene un entrenador prestigioso como Gallego y que cuenta con
jugadores importantes”, soltó en sus
primeras declaraciones, a mediados de diciembre, con el pan dulce casi arriba
de la mesa, una botella de champagne a medio destapar y pasándole la pelota a
los de Avellaneda, que tenían las responsabilidades en sus manos.
El 2012 debió pasar y enero del 2013 traería la
artillería pesada para un relato que poseyó absolutamente de todo. Un guión
estelar, con varios protagonistas en escena, que se encargaron de ocupar todos
los frentes y generar un confuso general en todos los hinchas. A partir de
ahora vivenciaremos una crónica, un relato cronológico sobre lo sucedido y las
versiones que imperaron en este tema.
El medular enero pareció ser los momentos
exactos para retomar la novelesca transacción. J.C fue el primero en arrojar títulos y mover su caballito de guerra, de manera estratégica, anunciando
las buenas nuevas. “Hay un acuerdo club a
club. Esta operación lleva tiempo, pero vamos por el buen camino”, sostuvo
el ex Presi, mostrándose optimista, relegando dichos pasados del jugador
que negó volverá a América hasta en "siete
u ocho años” y reflotando la negociación, ante supuestas versiones que
vinculaban al delantero con el Espanyol catalán.
El día 16, de aquel caluroso primer mes, pareció ser clave.
Los fanáticos entendieron que el calor aumentaba, la temperatura subía y el
ritmo de la cumbia cafetera sonaba porque el internacional colombiano estaba en
viaje. O, al menos, eso pareció dar a entender Cantero y cía. “El apretón de manos con el Parma está dado,
falta formalizarlo. Vendría por 6 meses sin cargo y sin opción”, expresó el
mandamás, secundado por el cantar de Cristian Tula –ex
compañero del atacante en Atlético Nacional- que afirmó: “Yo sé que tiene ganas de venir. Nosotros lo
estamos esperando”. La palabra del defensor parecía estar garantizada, ya
que el mismo hombre medellinense confesó que tenía intenciones de hablar con el
zaguero, y acrecentó su cuota de esperanza cuando se supo que el Tolo lo llamó para que “venga a ser campeón”.
Todo parecía cocinado. La tira esperaba llegar a su ocaso
y el despacho de Cantero aguardaba con el contrato y un bolígrafo para poner la
rúbrica. La cuestión se acaloró cuando, a la vista de todos, mensajes empezaron
a plasmarse en la red social del jugador, que ya era vox pópuli. "Me
falta solo estampar mi firma y seré oficialmente jugador del Club Atlético
Independiente, yo a donde vaya siempre voy con la mentalidad de ser
campeón", apareció posteado en Facebook, con posterior denuncia, pero
con un amague que llevó a las mayorías a creer que ya estaba cerrado.
Pese al interés del Rojo, dos competidores se
metieron en la discusión. Racing y San Lorenzo rompieron con el soliloquio, intentando corromper los intentos económicos de los Diablos. Mientras la Academia
hacía ruido estruendoso con un supuesto grupo inversor, el Cuervo apenas consultó condiciones y no vería malos ojos contar con
él. Con el ultimátum a la vuelta de la esquina, la comitiva decidió mover sus
fichas e intentar hacer el último esfuerzo, con Ricardo Calleri –su repre-
suplicando una prórroga de 48 horas para contestar.
Los extremos emocionales se hicieron presentes. De
pasar al éxtasis por contar con la figura del momento, el edificio
transaccional construido se calló a pedazos. Dorlan, quien optó por llamarse a
silencio este último tiempo, dilapidó las intenciones jugar en Argentina al
mostrarse cómodo en la bota itálica. El enojo pasó a manifestarse de manera ferviente en
Gallego que, pese a confiar en la palabra del profesional, cargó municiones
contra un solo blanco: Giovanni Moreno. El último campeón local con los de Alsina
y Bochini disparó munición gruesa contra el enganche vecino y refrescó un viejo
episodio: "El que le dijo a Pabón
que no venga y tenga cuidado con la barra es uno al que su barra le metió un
revólver en la rodilla".
El 22 de Enero, terminó la tira dramática en el mundo
rojo. Los medios pasarán a hablar de un posible “arrepentimiento”, mientras que
la cúpula dirigencial y cía buscarán un nuevo centrofoward. ¿Nombres? Facundo
Parra, Matías Vuoso y el uruguayo Carlos Núñez coparon el centro de atención, pero
el cupo siguió en posesión colombiana, usurpado por el arribo de Juan FernandoCaicedo.
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