miércoles, 29 de noviembre de 2017

Daniel Astegiano


¡Casémosnos! Dicha frase suele ser el inicio del resto de tu vida de una etapa en la existencia del ser humano que implica compartir casa, vivencias, familia, la vida misma, con una persona que has elegido para entregarte en cuerpo y alma, ante testigos carnales y divinos. Sin embargo, las circunstancias detrás de esta unión pueden tener un sinfín de historias curiosas, que nos demuestran que esto del matrimonio es algo más que dar el Si ante un tipo en sotana. Es el caso de Daniel Astegiano.

Tras hacer buenas migas como atacante en Rosario Central y Atlético Ledesma, en 1976 este futbolista pasó a formar parte del Club Atlético Independiente. A sus 24 años, lucharía entonces a por un lugar en la delantera con Daniel Bertoni, Norberto Outes y Héctor Arrieta. Su metro noventa de altura lo hacían una figura de peso para los centros a la olla, sumado a un intenso olfato goleador que le permitió trazar la cifra de 28 goles en 50 partidos en la temporada 76-77. La adquisición había sido un éxito. De yapa, DA sostuvo una racha superlativa: En los cuatro cotejos en los cuales Independiente y Racing se midieron durante su estadía en la Doble Visera, ¡este delantero anotó en todos ellos! A saber: Se deshizo en un hat-trick en el primer encuentro (4-2), mojó nuevamente al siguiente derby (3-1) así como también en su consecutivo (3-1 de nuevo) y selló su opera prima de goles clásicos con un tanto en el último de la temporada (1-1).


Sin embargo, lo bueno parece que dura poco. Desde Europa percibieron el estallido goleador de Astegiano y rápidamente se iniciaron sondeos para adquirir su pase. ¿A donde se dirigió? Nada más y nada menos que al Fútbol Club Barcelona, calzándose la casaca de dicha institución en un partido amistoso ante el AC Milán, con la excusa por parte de los dirigentes del club de probar a la nueva joya que venía desde América del Sur.

Pero... al DT de los catalanes, Rinus Michels, no le conformó la performance del argentino y rápidamente descartó su contratación. ¿Qué hizo entonces Astegiano? Movió rápidamente el tablero para encontrar nuevo hogar. Sin tener en cuenta la posibilidad de regresar a Avellaneda, no debió moverse de la península ibérica para firmar por su siguiente conjunto: El Rayo Vallecano. Solo había un asunto: El cupo de extranjeros estaba lleno. ¿Y ahora?

"El Rayo sólo tiene un extranjero en sus filas, el también argentino González, pero dado que el plazo de admisión de extranjeros expiró hace tiempo, la única posibilidad radica en que Astegiano obtenga la doble nacionalidad. La próxima semana llegará a España su novia, hija de españoles, con la que se casará en breve". Así rezaba el recuadro de el diario El País que a comienzos de Octubre de 1977 señalaba la curiosa táctica que el jugador debería emplear para poder quedarse en aquellos pagos. Algo a las apuradas, Astegiano y su novia dieron el Si, con el novio combinando esmoquin y moño con pantalones cortos y botines.

Foto de coleccionista de MercadoLibre

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