viernes, 17 de noviembre de 2017

Hernán Losada


El escrito de hoy me invade de recuerdos. No sé si a ustedes, lectores, les pasará lo mismo. Pero es que incursionando en la vida del personaje del día, me topé en los suburbios de internet con esta imagen clásica representativa de algún álbum de figuritas de esos que uno colecciona de pequeño (o de grande también).

Todavía añoro cuando, en el patio del colegio, hacíamos las típicas reuniones en donde el "nola, late..." era el único ápice discursivo que podía oírse. A lo sumo, quizá, un tanto más exclamativo al ser una pegatina de esas difíciles, imposibles de conseguir, el último espacio en blanco que esperaba a llenarse por el que cambiabas todo tu pilón.

Todo eso transmite, al menos en mí, la incursión de Hernán Losada a las páginas virtuales de este blog. De origen en Buenos Aires, en 1982, destacó en las inferiores de Barracas Central, en donde Nito Veiga, poniéndose el traje de casatalentos, decidió traerlo a Independiente, en donde rápidamente le hicieron su primer contrato.

Le tocó una parada brava. Enganche o volante por izquierda de manera natural, tenía como espejos en su puesto a nombres de talla como Zidane, Aimar, D'Alessandro. En el año 2003, su vida cambiaría rotundamente. Es que Osvaldo Sosa lo va a incluir como titular ante la visita que tenía el "Rojo" ante Rosario Central. "Lo que yo hago cuando juego al fútbol es pensar siempre en el arco de enfrente. Todavía Sosa no me confirmó nada pero estoy tranquilo. ¿Mi estilo de juego? No sé, soy un jugador habilidoso. Humilde el pibe, ¿no?", apuntó a soltar en una entrevista con Clarín previa al choque de turno. 

"Ojalá se me dé. Estoy muy ansioso. En estos días llego a mi casa y quiero pensar en otra cosa pero no puedo. Tengo unas ganas bárbaras de jugar y de demostrar lo que sé. Tengo claro que a veces la oportunidad pasa una sola vez y la tengo que aprovechar". El 25 de octubre del '03, en la derrota por 2 a 0 ante el "Canalla", en Arroyito, vio acción por primera vez en el Torneo Apertura. 

A partir de allí alternó. Pese a que parecía ser una pieza clave, o al menos fija para los diversos entrenadores. Llegó a una suma de minutos bastante considerable, teniendo como actuación estelar todo lo que hizo con la redonda cuando le tocó enfrentar a Cienciano, por la Copa Libertadores, marcando dos tantos en la victoria 4 a 2, ante los Peruanos. 

Sin embargo, parece ser que todo lo que prometió no logró cumplirlo y emigró a páginas de estampas con pegamento de otros países. Pasó a Universidad de Chile en el 2005 y, a partir de allí, hizo toda su carrera en Bélgica, en donde le fue más que bien. Beerschot, Anderletch (donde fue compañero de Nicolás Frutos), Beerschot A.C y KFCO Beerschot-Wilrijk, en donde se mantiene actualmente, fueron sus parajes en el país europeo.

En total, contabilizó 57 partidos con la casaca roja, convirtió 8 tantos y deja el recuerdo de la niñez lejana, al menos, por un rato.

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