viernes, 23 de febrero de 2018

Sergio Almirón



Se torna un poco raro escribir sobre un jugador que estuvo y no estuvo en Independiente. Alguien que supo colocarse la camiseta y trotar a la par de integrantes del plantel profesional, pero que con una fugacidad impresionante se desvaneció de la escuadra y nunca más supimos de él por estos pagos.

Un no-lugar. Eso representa el paso del atacante Sergio Almirón por Avellaneda. A comienzos del 2011, la reciente obtención de la Copa Sudamericana proponía al DT Antonio Mohamed la construcción de un equipo competitivo para afrontar los desafíos venideros. En un mercado de pases de mucha especulación y poco concretado, los nombres para fortalecer la ofensiva comenzaron a tornarse esquivos. Por eso no sorprendió que en las vísperas del repechaje a por la Libertadores frente a Deportivo Quito, aparecieran alternativas algo más austeras a los nombres del momento (como Marco Jerez y Teófilo Gutiérrez). Allí toma cuerpo el caso de Sergio Almirón.

Peinando el metro noventa, de 25 primaveras y un reciente paso por el Colegio Nacional Iquitos del Perú, hizo sus primeras armas en el 12 de Octubre de nuestro país, para rápidamente emigrar al Osorno de Chile, club que le sería puerta al mencionado CNI peruano, donde se convirtió en ídolo a fuerza de goles. De repente, se le presentaba la oportunidad de vestir la camiseta de un equipo de peso de Argentina con proyección internacional. De seguro este joven delantero habrá pedido que se lo pellizque.

El que no pidio nada (?) fue Mohamed, que tras una serie de entrenamientos y cotejos que Almiron disputó en la pretemporada independentista, decidió prescindir del homenajeado y esperar mejores nombres para su plantilla. Sin desanimarse, SA optó por Newell's escaso tiempo después. Meros recortes de diarios virtuales y alguna foto movida es lo único que le sobreviven de sus días en Independiente.

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