sábado, 13 de enero de 2018

Leonel Miranda


A mis 22 años me es difícil sentarme delante del monitor y ponerme a hacer un juicio de valor, una ponderación, una idea, un escrito sobre lo que fueron las vivencias de un futbolista de una edad similar a la mía en Independiente.

Me cuesta, sobre todo, porque uno de pequeño soñó con estar ahí, con pisar el verde césped de la ex "Doble Visera" devenida a "Libertadores de América", en estar con tu gente, en sentirte envuelto la humareda roja que tiñe a los players cuando salen a la cancha, atrapado y abrazado por miles de gargantas que se funden en una sola voz en pos de vitorear a una escuadra de fútbol.

Y este es el caso. Porque, ¿quién soy yo para poder decir si el paso de Leonel Miranda por nuestro amado club fue bueno, regular o malo? Quién soy yo, sabiendo que él tiene una cronología de vida muy similar a la mía, para decir que lo suyo fue tal o cual cosa cuando él sí tuvo esa posibilidad y yo soy un mero opinólogo en páginas virtuales.

La cuestión es que la historia del "Lolo"  y el "Rojo" nace por intermedio de Ricardo Bochini, quien lo ojeó en el Albion de Avellaneda y no dudo en acercarlo a los entrenamientos en Villa Domínico y hacerlo firmar su primer contrato en el 2012, mientras todavía despuntaba el vicio con Ariel Wiktor como su estratega.

“En los partidos de verano voy a hacer debutar a algunos pibes y de todos los que traje, seguramente dos o tres tendrán chances en el Torneo Final”, tiró el "Tolo" Gallego en el 2013 cuando la pretemporada en Mar del Plata estaba en su climax. Aquella noche, contra Racing, él y Sergio Ojeda dijeron presentes en el José María Minella.

Su estreno oficial llegaría en aquel torneo ante Newells, en la primera fecha, con caída 1-3 en condición de local. Pero no serían todas pálidas, pese a que el momento vivido no era el mejor, el enganche se despachó con su primer gol ante el clásico de toda la vida, a los dos minutos de juego, poniendo la pelota al lado del palo, para desatar la algarabía y regocijo de todo el pueblo rojo que festejó el 2-0 ante el rival de toda la vida como un desahogo. 

Pocas chances, después, hicieron que salga a préstamo al Houston Dynamo de la MLS para luego regresar, rescindir su contrato y firmar con Defensa y Justicia, entidad que hoy lo cobija futbolísticamente. 

Su paso por Avellaneda dejó un total de 34 cotejos con nuestra casaca, un gol y ¿las puertas abiertas a un posible regreso?

No hay comentarios:

Publicar un comentario