sábado, 20 de enero de 2018

Jorge Pereyra Diaz



Estamos en Mar del Plata, en algún punto de una vacación fugaz que emprendiste con amigos. Anochece de forma lenta sobre la piel del océano, y al ritmo de que las estrellas se esparcen en el cielo, comienzan a correr los tragos. Fernets, vodkas, birras y demás vienen a este festival etílico. Son las doce, la una, las dos. Todos tus pares auguran una gran noche. La previa es un éxito. Pero tu mente ingresa en un hiatus prolongado. Y tu lengua parece noqueada. Para llegar al taxi que te lleva al boliche, te tambaleas cual Apollo Creed en su batalla final con Iván Drago.

A la mañana siguiente, te despertás junto con dos gemelas abrumadoras e impactantes: Resaca y confusión. Intentas reconstruir las secuencias de anoche. Y las revelaciones son inéditas. Nunca llegaste al boliche. En un pique donde el alcohol guiaba tus pasos, te escurriste de tus amigos y te fuiste a una playa cercana. Te quitaste la ropa y te metiste al mar, pero la espuma helada de la marea hizo que te quedaras en la orilla. Te acostaste en un rincón de la oscuridad. Y mientras de lejos sonaba la música de la noche de los comunes, vos hacías angelitos de arena mientras sentía, cual advenimiento del día del juicio, como las puteadas de tus amigos se hacían más cercanas.

Si de eventos extraños y de difícil reconstrucción hablamos, bien puede darnos una mano el amigo Jorge Pereyra Díaz, a quien mucho tenemos de nombre, pero trastabillamos al intentar confirmar si jugó o no en nuestro Club Atlético Independiente. Su paso es de recuerdo ambiguo, casi tanto como las de tus borracheras juveniles, aquellas donde el tiempo y el sentido parecían haberse extraviado entre cartas y copas.

Pero así como para saber que hiciste anoche existe Instagram (?), el Internet nos puede ayudar a descifrar los tiempos de este delantero en el "Libertadores de América". Tras hacer buenas migas en Ferro Carril Oeste y Lanús, emigro al sudeste asiático, más específicamente Indonesia, donde formó parte del Darul Takzim. Desde aquel sitio recaló en el invierno del 2015, con el fin de hacerse con un lugar en el once titular del DT Mauricio Pellegrino.

Aquella misión no podría ser completada con éxito. Pereyra Díaz acumuló seis partidos sin goles, registro de una estadía de corta duración. Concluido su tramo en el "Rojo", retomó a sus pagos adoptivos en Indonesia.

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