martes, 23 de enero de 2018

Juan Martín Lucero


Época de vacaciones. Los argentinos aguardamos expectantes a que llegue esta momento del año. Todo el tiraje de doce meses, el cansancio natural del trabajo, del estudio, de la cotidianidad, el aburrimiento lógico de ver el mismo conglomerado de cemento grisáceo que componen los edificios de la Capital Federal y sus alrededores, hacen que estemos deseosos de una escapada que nos permita descansar física y mentalmente.

Algunos irán a la costa. Otros buscarán destinos alejados, quizá otros países, otras playas, otros paisajes. El sur aparece como una buena alternativa. Y un grupo, ¿por qué no? eligirá Mendoza. La tierra del buen vino, las leñas, las montañas, el mero hecho de tener la Cordillera de Los Andes como nuestro fondo nos hará creer que es una buena opción.

¿Qué tiene que ver esta porción del territorio argentino con nuestras habitués crónicas futboleras? Es que en Junín, porción denominada como "el jardín" de aquella provincia, fue cuna de nuestro homenajeado del día: Juan Martín Lucero.

Nacido lejos futbolísticamente, hizo sus primeras armas en las inferiores de Defensa y Justicia, hasta debutar oficialmente en el 2010, por la "B Nacional" ante Aldosivi. Delantero por naturaleza, tuvo su salto al estrellato en la temporada 2013/2014 cuando se coronó como máximo goleador de la divisional con una envidiable suma de 24 gritos en 32 cotejos.

"No esperaba esto. Estoy orgulloso y muy contento", fueron algunas de sus primeras palabras, mientras posaba con la casaca del "Rojo", en el predio de Cardales. Independiente adquirió su ficha a cambio de 9 millones de pesos por el 50 por ciento del pase, firmando así un contrato de cuatro años y medio.

Su debut en primera división lo hizo ante Atlético de Rafaela, por la primera fecha del torneo 2014. Con una performance que invitaba a soñar a los hinchas, los de Avellaneda vencieron a los santafecinos por 3-0, en condición de local. El "gato" marcó el tercer tanto, enlazó una alianza prometedora con Claudio Riaño y despertó una luz en todos los hinchas.

"Fue un debut soñado. Es un marco único, nunca me tocó jugar con tanta gente a favor. Trataba de ni mirar al público para no desconcentrarme", fueron sus sensaciones luego de pisar el césped del LdA y ser dirigido por Jorge Almirón.

Sin embargo, y pese al buen primer torneo que tuvo con el "Comandante" en el banco, la llama que supo encender se apagó. Con el arribo de Mauricio Pellegrino tuvo pocas oportunidades, y los minutos que dispuso para estar en cancha fueron partiendo desde el banco de suplentes.

En febrero del 2016 dijo basta y prefirió marcharse al fútbol de malasia, más precisamente al Johor Darul Takzim, a cambio de vender el porcentaje que poseía nuestro club en 1.4 millones de dólares, obteniendo una ganancia de casi 500.000. Hoy por hoy, el Tijuana de México lo mantiene dentro de sus filas.

En su paso por Alsina y Bochini registró un total de 37 partidos jugados, entre el certamen doméstico y Copa Sudamericana, y festejó en 9 ocasiones. ¿Hubo "gato" encerrado?

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