Tuvimos la chance de incursionar en materia de marketing en posts anteriores. Y es que la camiseta es un elemento fundamental dentro del ambiente del fútbol. Casi tan importante como el balón y con un simbolismo de arraigo para el futbolero de ley. Porque no conozco persona, ni una, que a sabiendas de lo que significa ese manto sagrado no haya corrido desesperado, alguna vez, a la sede social de su club para comprar su camiseta. Para abrirla, olerla, sentir su tela puesta en la piel, mirar con anhelo como el escudo situado en la parte superior izquierda se funde con su corazón y, siquiera, ya pensar en lucirla en el próximo picado de la semana.
Hay otros como yo, varios, que las cuidan un poco más. Es tan frenético, maniático y compulsivo el adquirir nuevas casacas que las guardamos sin usar. Con su empaque original, bolsa de plástico que la recubra y cuide de no sé qué, pero que las recubra y ubicarlas por orden cronológico, viendo la luz de vez en cuando, para admirarlas, recordar la anécdota de cómo conseguí tal o cual y pensar en, el día de mañana, armar un museo personal.
La cuestión es que de unos años para acá, Puma, marca que viste a Independiente es la que más incursionó el tema remake. En volver a confeccionar prendas que tienen una representación mayúscula en la historia del club, en pos de reivindicar valores y hazañas que están en la memoria de todos.
Ahora bien. ¿Cuál es el problema con estas reediciones? Digamos, sólo digamos, que las primeras en salir al mercado no fueron de las más icónicas, que no fueron en el mejor momento de nuestra cronología y que quienes tuvieron el tupé de portarlas no eran los intérpretes más idóneos que hayamos tenido en este deporte.
Corría agosto del 2013. El "Rojo", sumergido el oleaje más amargo y duro de toda su historia, se alistaba para disputar el primer partido de la nueva temporada ante Brown de Adrogué. Un 3 de agosto, justo, un día antes de que se cumpla un nuevo aniversario del génesis de toda esta vida. Y a los ceos de la marca alemana que prvee de la indumentaria, no se les ocurrió la mejor idea que sacar a la venta una nueva-vieja camiseta para el goce del hincha.
Es así que decidieron crear-copiar una camiseta a bastones, con rayas blancas y rojas en conmemoración a una que se utilizó el 13 de junio 1927 por primera vez. No está del todo claro el por qué de ese template. Aún los portales no lo vislumbran bien. Unos dicen que es en honor al ya extinto Alumni. Otros que es por un obsequio de Estudiantes de La Plata. Un grupo aparte señala que es porque en ese momento servía para diferenciarse de otros equipos que llevaban el rojo como color predominante. Hasta que pertenecía a la elección Pedro Canaveri de la Unión Cívica Radical.
La cuestión es que la presentación se hizo en el local que la empresa tenía en el Alto Avellaneda. Con embajadores de los alemanes en el "Rey de Copas" como Franco Razzotti, Martín Benítez, Marcelo Vidal, Lucas Vllalba y Lucas Ojeda, sacaron este manto para homenajear a Manuel Seoane, Antonio Sastre, Vicente de la Mata, Arsenio Erico y Ernesto Grillo.
¿Más datos? Sí. Fue una edición especial, venía en caja, poseía una enorme leyenda en la parte interior del cuello, el escudo era bien retro, de esos primerizos y costaba nada más y nada menos que 850 pesos, convirtiéndola en la más cara de nuestro país. Además, Sergio Agüero la promocionó, en un video en el que se lo ve con una máscara de diablo y trajo consigo el hasthag #DiabloSoy, utilizado en las redes sociales hasta hace poco.
Anecdótico será el resultado en su vuelta al "Libertadores de América". Caída 2-1 frente a Brown en la primera fecha. Pero esa, lectores, amigos, hinchas, será otra historia.
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