En Independiente Inédito nos gusta hablar un poco de todo. También de cosas lindas, ¿por qué no? Si acá no estamos para mofarnos de nuestra historia. Simplemente traemos a colación casos raros que salpican con algo de ignoto a la rica cronología que posee nuestro amado club.
¿A qué nos remitimos con esto? No hay mejor sensación que estar en casa. Sobre todo volver a ella. Porque todos, en algún momento, sentimos esa necesidad de volver a nuestro lugar. A nuestra cama, nuestro baño, nuestra rutina, esa zona de comfort que conocemos a la perfección aún con las luces apagadas.
Y el "Rojo", luego de un peregrinaje que duró cuatro años, volvió a su hogar. Quizá retocado, sin contar con aquel amoblamiento que lo caracterizaba, sin el viejo codo, sin las viejas pero pintorescas populares locales y visitantes, pero con la idea fija de un estadio moderno, icono en América y con todos los chiches.
Corría el año 2009 y el equipo de Américo Rubén Gallego se preparaba para volver a hacer las veces de local en Alsina y Bochini. Se acababan los tiempos de nomadismo, trasladándonos de cancha en cancha para ver a nuestro amado equipo. Una fiesta para todos los hinchas se avizoraba, con fuegos de artificio, cotillón y todo bien rojo, porque el "Libertadores de América" abría sus puertas de manera oficial, ante Colón, invitado de lujo.
Para ese entonce, el arribo de la marca Puma ya era un hecho. Los alemanes pasaron a vestir al "Rey de Copas" y, como mencionamos en otros post, no tuvieron mejor idea que hacer una campaña de marketing convocando a los socios.
¿En qué consistía? La institución convocó a todos los socios que deseen a participar que se inmortalicen con una fotografía para aparecer en la nueva camiseta, edición especial, bajo el lema de "Formá parte del equipo". Todos los jugadores, exceptuando el arquero, saldrían con retratos pequeños, uno al lado del otro, formando un gran cuadrado de color grisáceo, con 100 fotografías, un total de 1000 contabilizando a los 10 players.
¿El resultado? Las imágenes hablan por sí solas. Con los dos templates colmados por los rostros de los falangistas, la idea resultó y cada uno se llevaría su manto sagrado a su casa.
El final del encuentro es anecdótico, pero es menester destacar que, en el regreso, el local se impuso por 3-2 ante el "Sabalero" -casualidad o causalidad que sea el rival de turno de este fin de semana- con tantos de Andrés Silvera e Ignacio Piatti.
Los nuestros retomaron con dirección a sus pagos. Hay recuerdos todavía de aquella noche. La tribuna "Sur baja" aún era platea, la alta ocupada por los visitantes, la ex platea "Cordero" lucía opaca por la tonalidad del cemento, la "Erico" relucía como nunca, la "Norte Baja", la misma de siempre, arriba era popular, pero todos, todos felices de estar juntos de nuevo.
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