Décadas atrás, las inferiores rojas tuvieron un arquero apodado El Ruso. Si bien este se hizo más reconocido por su carrera fuera de la cancha que dentro, el génesis de su propia existencia se encuentra fuertemente arraigado a la Doble Visera y sus inmediaciones. Norberto Verea arrancó en las inferiores del Club Atlético Independiente a comienzos de los 70', desarrollándose como guardameta. Anteriormente, había sido mascota, habitué de la colonia de vacaciones del club y un respetable actor en otras disciplinas deportivas de la institución.
Criado en Gerli, del palo del metal y revoltoso ante las imposiciones del sistema y la moda, Verea trascendía más por sus enriquecedoras pláticas sobre música, fútbol y otros artes que por sus performances en la valla de El Diablo. Sin alcanzar el debut como profesional con dicha casaca, optó por buscar sitio en clubes de rodaje menor. Pasó así por Chacarita, Deportivo Español, Argentino de Quilmes y Talleres de Remedios de Escalada. Como dato curioso, podemos deslizar que en El Funebrero peleó la titularidad con una joven promesa de la valla que terminaría haciéndose con el puesto: Luís Islas, futuro símbolo del arco rojo.
Una vez alejado de la actividad como futbolista, se inclinó por el periodismo. Formó parte del mítico programa Radio Bangkok, se encargó de difundir el heavy metal en los medios que lo acobijaban, despuntó el vicio como actor ocasional y se desenvolvió como columnista y conductor en programas de fútbol, donde se mantiene como un fuerte crítico al dogma, al sistema y a lo establecido, fiel opositor a la idea de ganar como sea que constantemente desarticula en sus intervenciones.
Tornándose un personaje de culto y reposando en la periferia de los medios masivos, hoy solo algunos registros añejos deambulan por internet notificando los días del periodista en el arco rojo.
Foto de Historia del Fútbol Ayacuchense
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